Arteadicta
Fuera de lo común, cero normal, poco vista. Así son Yael Rosenblut y su apuesta dentro de un departamento que exuda arte, uno que va por lo nuevo, por el talento que rompe con lo tradicional.


Lo que se ve es, a todas luces, una pasión, una que desborda las murallas del departamento. Decenas de cuadros firmados por nombres que prometen romperla de aquí en adelante, sumados a muchos que ya son fuertes dentro del arte. "Y todavía tengo más en la bodega", dice Yael, la artista visual y art dealer que está en la categoría de producir lo propio con un trabajo que se ubica entre el video y la fotografía, todo con una alta cuota de ironía.
Estar en Tel Aviv, Israel, le cambió la mirada y la acercó a la visión contemporánea del arte ruso. Posteriormente Yael se licenció en Arte en la Universidad Católica de Chile.
¿Cómo llegaste a este departamento? "Lo vi pasando por afuera en auto con una amiga, paramos y entramos a verlo". Lo eligió rápidamente porque le interesan los lugares espaciosos donde todas y cada una de sus obras tengan cabida. Y aquí esto es posible; se pueden dar pasos generosos, disfrutar de una luz exquisita y un verde o amarillo-naranja (depende la estación) constante, gracias al fondo de plátanos orientales de la calle a la que mira. El dato genial del lugar es que quien más lo disfruta es un morocho conejo, Temo Qui-Qui. Una mascota atípica y a la medida de su dueña.
Living. Una obra de Anna Lukaschevsky, artista de Lituania que vive y trabaja en Tel Aviv, cubre uno de los rincones del living.

Yael llegó a Providencia tras vivir varios años cerca del Parque Forestal. Instalada acá ha seguido con el ritual que caracteriza su modo de vida: colgar y descolgar obras de arte. Una y otra vez, acumulando y cambiando.
Comedor. De grandes dimensiones, una obra de José Pedro Godoy se enfrenta a la mesa de comedor, dando una sensación de misterio y naturaleza
Artista e intensa, el año pasado la editorial Metales Pesados publicó un libro de ensayos sobre su muestra Trilogía del Arte Chileno, la última que realizó en el MNBA. Un gran logro al que se une haber ganado un Fondart para trabajar en un nuevo video, además de ser la ganadora del premio de arte de la Fundación Fobeju para viajar a Israel y seguir desarrollándose como artista. Junto a Yael artista, art dealer, convive Yael la amiga y anfitriona. La que invita a los artistas a comer a su casa, que les cocina y prepara Bloody Mary, el trago de la casa. Arte, buena comida y un espacio lleno de luz, son los ingredientes que hacen de este departamento el lugar ideal.
Inspiración
Cuando el patrimonio que se tiene es el arte, los muros se transforman en el soporte más importante: limpios, altos, amplios y bien iluminados.
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