Cuando los arquitectos de la oficina Plan B pensaron en este nuevo hotel para la ciudad de Bogotá se toparon con las restricciones que impone la regulación municipal en cuanto a las medidas del volumen, normativa que en cierto modo predefine el aspecto final de los edificios de esta área de la ciudad. Sin embargo, encontraron un modo creativo de interpretar ese límite, volviéndolo la característica más llamativa del hotel, el elemento que le da su identidad única: la asimetría.

“Este hotel configura un intento por abrir o permear la norma: es esbelto y presenta cuatro fachadas abiertas debido a los retiros laterales; las fachadas mayores se retranquean para permitir una doble piel de metal y vidrio, y la fachada principal se articula a la vida urbana y vuela los 1,5 m que permite la regulación”, señalan. Esta arquitectura asimétrica y distinta, con ventanales también diversos de metal perforado, en voladizo o con cristal total, les otorgó el Premio Cemex y El Lápiz de Oro 2014 al diferenciarse notoriamente del común de los edificios de Bogotá.

Dentro, también la diferencia y la curiosidad marcan el estilo. Es una apuesta de vanguardia estimulante y creativa que busca crear experiencias para sus huéspedes. ¿Un portero con cabeza de ampolleta? Sí. La cinta de papel del  inodoro que dice: “Rompa solo en caso de emergencia”, un balde para la basura en las habitaciones o  una taza gigante volteada que es una lámpara, son algunos de los detalles que lo vuelven un hotel entretenido. Click Clack, a diferencia de cientos de hoteles clonados, está en el extremo opuesto de un ‘no lugar’. No se parece a ningún otro, no aburre, todo aquí está pensado para sorprender. “Cada espacio está amoblado y decorado con piezas reinterpretadas y propias del hotel, con curiosidades espaciales convirtiendo cada ambiente en un lugar único, que aleja al huésped del statu quo”, indican.