Mucho de su origen se debe al propio mandante, quien busca o solicita para su nueva casa sin saber que ciertos ideales traen consigo futuros 'inconvenientes'. La inspiración viene unas veces de revistas, de casas de conocidos, de viajes, la moda, por querer aparentar o simplemente por malas recomendaciones. De esta forma se construyen casas no aptas para determinados climas, en las que abundan dobles alturas interiores, ventanas, muchos m²,  materiales no adecuados, sacrificios por crear vistas, mal cálculo de sombras de árboles vecinos, recintos inútiles. A todo lo anterior hay que sumar que el sitio elegido es inadecuado porque tiene malas pendientes, es sombrío, húmedo, ventoso, rocoso o enfrenta una calle ruidosa y todo esto ya indica complicaciones.

Luego, viene el rol del arquitecto, quien ha tomado nota de lo anterior y que debe hacer otro milagro: ajustarse al presupuesto. Dentro de estos profesionales se pueden distinguir tres tipos: el primero hace exactamente lo que le pidieron, con todo lo bueno y malo. Este no filtra ni hace un esfuerzo por hacer lo mejor, la cosa es que salga todo rápido para cobrar también rápido. Los efectos se ven en el tiempo: la casa es fría, hay espacios inútiles y otros muy estrechos; no entra el sol, hay que cambiar revestimientos, etc.

Un segundo grupo lo conforman quienes no les importa casi para nada lo que usted pidió, ellos hacen lo que quieren con su listado; buscan más bien su beneficio que el del futuro usuario. Este usa otras revistas para inspirarse, y les gustaría aparecer en las mismas, para algún día autocopiarse (son muy autorreferentes). Aquí también el usuario 'sufrirá' la casa en vez de vivirla, porque será fría, poco acogedora, tan minimalista que ni siquiera cabrá una familia adentro, cara, con techos que se llueven y vidrio en cantidades. Bellas esculturas concebidas solo para tomarles fotos, se supone que son de vanguardia; pero ojo, que existen por decenas en Europa desde hace años.

El tercer grupo, una combinación de todo lo anterior, le busca el ajuste a los requerimientos tratando de idearle una casa previsora ante el escenario mundial (es difícil predecir el futuro, pero lo prevén). Esta incorpora todo lo que se necesita: ahorro de energía y agua, equipos eficientes, aislación, diseño compacto, ventanas controladas, segura contra robos, no se lloverá, será fácil de limpiar, no debiera considerar pieza de servicio (solo ayuda puertas afuera), cocina grata y familiar, económica, rápida de construir y mantener, fácil de modificar. Una arquitectura que va más allá de las normas mínimas de ahorro de energía, en definitiva logra ser una casa sustentable. Este método es el que demanda más tiempo, pero así debiera ser el trabajo de todos los arquitectos. Un modo con el que los clientes queden gratamente complacidos y muy bien 'parados' a futuro.