Espacios contenidos, acotados, donde cada cosa que se elige debe cumplir una función definida, ser bonita, combinar con el resto de lo que se tiene, son quizás las características que determinan la decoración de casas chicas. Menos metros significa, a veces, decisiones más radicales, propuestas más definidas, porque nada puede sobrar y todo se debe justificar.

En este número quisimos graficar lo anterior a través de tres departamentos con propuestas estéticas claras, espacios llenos de estímulos visuales, donde a pesar de ser pocos los metros para desarrollar la creatividad, cada dueño de casa logró imprimir su personalidad y adecuar los espacios a sus necesidades particulares. Consideramos que (y les quedará más que claro) no necesariamente más es mejor.

Buscamos también espacios, objetos y consejos para que los que se enfrenten a un desafío de este tipo sepan por dónde partir. El mercado ofrece mucho, sólo hay que saber elegir aquello que se adecue a nuestras necesidades, porque muchas veces esta casa o departamento más chico es también la primera vivienda, esa que hemos soñado y esperado, y que seguramente cada uno ha imaginado mil veces, pero que al momento de armar se junta lo mío, lo prestado y lo regalado. Más difícil lo tienen quienes van en sentido contrario, cuando hay que achicarse, porque todo pesa y deshacerse de cosas al principio siempre cuesta. Quizás uno debería tomarlo como un ejercicio de desprendimiento, y practicarlo cada cierto tiempo; estoy seguro de que nos sorprendería la cantidad de cosas que acarreamos por la vida y que finalmente son sólo un lastre.