Hoy, cuando uno va al supermercado no se cuestiona encontrar tomates, paltas o frutillas todo el año; los avances en viveros, la modificación de los procesos y la inclusión de nuevas tecnologías, algunas un poco cuestionables, nos han permitido tener de todo, todo el tiempo. Indudablemente eso es cómodo, fácil y nos resuelve muchas cosas del día a día.

¿Pero, puede alguien negar que un tomate en verano, comprado en una verdulería de barrio, es infinitamente superior al que encontramos en un supermercado en agosto?

Entender los ciclos de la naturaleza, ser parte de ellos y por lo mismo anticipar y preparar situaciones es algo que no deberíamos olvidar en nuestra cotidianeidad. Esta manera de pensar es fundamental para los que se apasionan con el jardín; saben que para obtener un jardín vigoroso o de colores en verano hay que preparar, podar y proteger en otoño/invierno. Para los no tan entendidos o que están comenzando a meter las manos en la tierra, preparamos una miniguía con cosas que hacer en el jardín. No les podemos garantizar una jungla en septiembre, los factores en juego para un resultado óptimo son muchos, pero sí les servirá para empezar a entender qué cosa necesita cada sector del jardín y qué le gusta más a cada una de las plantas.

Si esta manera de pensar y actuar la pueden extrapolar a la comida y a cómo se prepara, el cambio lo van a notar, las cosas tienen otro sabor y color, como los de antes.