Cuando pensamos en ciudad, en vida e historias de ciudades, de inmediato visualizamos a la más manoseada pero adorada de todas, Nueva York. La Gran Manzana, la ciudad de Woody Allen, Salinger y la del Central Park de Holden Caulfiled, de Warhol, Basquiat, de los N.Y. Dolls, de Bourdain y de la Trilogía de Paul Auster; es también el lugar e inspiración de Milton Glaser.

Para ser justos, Glaser se debe a N.Y. tanto como N.Y. se debe Glaser. Fue éste quien la iconizó a fines de los 70, cuando cruzaba por una de sus más graves crisis fiscales, con altísimos índices de violencia; la administración estaba desesperada y necesitaba que la ciudad del Bronx fuera más comercial, más agraciada, que todos la amaran, que se llenara de turistas. Y eso fue lo que hizo este diseñador, abrevió y transformó en un encantador eslogan visual una frase que la identificaría por siempre. Usando la tipografía American Typewriter y un corazón rojo, la leyenda I love New York sólo requirió iniciales dentro de un cuadrado. Glaser fundó uno de los estudios de diseño más recordados e importantes de EE.UU., el Push Pin Studio, desde donde convocó a otros creadores y ejecutó lo que es probablemente una de las eras más fructíferas de la gráfica occidental. Desde este estudio surgieron las propuestas para el rediseño del Washington Post, La Vanguardia y el periódico O Globo y también una de las carátulas más recodadas de la discografía de Bob Dylan, una con el perfil del artista, que a su vez se inspira en un autorretrato de Marcel Duchamp. Mientras que junto a Clay Felker, Glaser co-fundó la revista New York en 1968.

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        Milton Glaser, 1976

• Milton Glaser (1929) a sus 81 años sigue trabajando. Se dice que ha firmado el diseño de más de 300 afiches publicitarios. La trayectoria del diseñador estadounidense surge en gráfica a partir de los años 50 y aborda luego la enseñanza y la publicación de diversos estudios sobre gráfica, tipografía y diseño de imagen.

• Además del logo de la ciudad de Nueva York, uno de los encargos más emblemáticos que recibió Glaser fue la imagen y el interiorismo del World Trade Center y las Torres Gemelas.