El mundo ha cambiado. Eso es claro. La era digital transformó no sólo la forma de vida, sino también la cultura, extrapolándola a áreas inimaginables. La llaman la industria creativa (IC) y son aquellas que están basadas en la creatividad, habilidad y talento. Absorben no sólo lo artístico y cultural, sino materias muy diversas. ¡Ahora hasta las aplicaciones de celulares son una industria creativa!

Hasta hace poco el sector creativo se consideraba un aporte marginal en la economía. La creatividad no era vista como motor de la creación de empleo o crecimiento. Hoy la mirada es otra. En abril, por ejemplo, la Comisión Europea publicó el Libro Verde: Liberar el Potencial de las Industrias Creativas, donde la subraya como clave para solucionar la crisis actual –la peor en 60 años– y hace hincapié en el gran potencial sin explotar de las IC.

Lo nuevo

Aunque el concepto de IC nació en Australia en 1994, recién fue en el Reino Unido en 1997 cuando tuvo mayor repercusión. Edna dos Santos, jefa del Programa Economía Creativa de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo UNCTAD, explica que “se marcó un nuevo enfoque sobre el potencial económico de estas actividades que hasta entonces eran consideradas como sin fines de lucro”, y agrega, “las IC están relacionadas y tiene ramificaciones en toda la economía. Por ejemplo, la producción de un filme involucra otras IC como la música, guiones, moda, publicidad, transformación de películas en video-film, etc. Pero también porque el equipo del filme durante el rodaje utiliza otros servicios, como restaurantes, hoteles, de manera que la industria del cine beneficiaría a otros sectores de la economía, creando empleo y renta. También hay impacto a nivel del desarrollo de otros productos, educación, networking y principalmente al proyectar la imagen del país en el exterior al promover su cultura y identidad y al aportar divisas para su balanza de pagos”. Las cifras avalan esta tesis y son aun más reveladoras. Las IC están entre los sectores más dinámicos del comercio global.

El valor de las exportaciones mundiales de bienes y servicios creativos alcanzó el 2005 US$424 billones, sin contar los ingresos derivados de los derechos de propiedad intelectual, con un crecimiento anual del 8,7% entre los años 2000 y 2005. Aunque en América Latina recién estamos en pañales, las cifras indican que exportamos cerca de US$ 8.6 billones. “Algunos países ya están tomando conciencia del impacto económico y social de estas IC en sus economías”, dice Edna. Argentina, por ejemplo, es una de las regiones con mayor densidad de IC del continente: corresponden al 10% del PIB y generan el 10% del empleo. Según Enrique Avogadro, director general de IC y Comercio Exterior, y también del Centro Metropolitano de Diseño, “la ciudad de Buenos Aires comenzó a trabajar el tema hace varios años, por haber contado con una gran masa crítica que no esperó que el gobierno los ayudara, sino que fueron aprendiendo sobre la marcha. Luego vinieron los programas específicos, que le dieronmayor alcance y ayudaron a incentivar la sostenibilidad de los emprendimientos del sector”, acota.

Chile

Si bien aún nos queda un buen trecho para llegar al liderazgo de Brasil o Argentina, hemos avanzado en los últimos años. Contamos conmuy buenos ejemplos de organizaciones creativas, las mismas que han ido ejerciendo presión para que a nivel gubernamental se tome conciencia del valor del sector.

Hoy no disponemos de un organismo nacional dedicado exclusivamente a las IC, sólo existen dos entidades zonales: el Programa de IC de Valparaíso, de Corfo, creado hace 2 años debido a la nominación de la ciudad porteña como Patrimonio de la Humanidad por parte de la Unesco, y su símil, IC de Los Ríos, formada recién hace sietemeses, y que pretende, a diferencia de la primera, potenciar la región y no una ciudad en específico.

“El CNCA es el encargado de la formulación de las políticas culturales que dan sustento al desarrollo de las IC, pero no hay una entidad oficialmente encargada”, cuenta el gerente del IC de Valparaíso, Jorge Rosenthal. Sin embargo, ha sido en los últimos meses cuando más se ha repetido el concepto de IC gracias a las diferentes iniciativas de estos programas o CNCA.

Sin embargo, no con la difusión que quisiéramos. En mayo, el Programa de IC de Valparaíso organizó el II Encuentro Internacional de Economía Creativa; en junio, el CNCA llevó a cabo el Seminario Internacional Ciudades Creativas; y estemes Valdivia tuvo lo suyo con la 1ª Feria de la IC, iniciativa de las IC de Los Ríos.

La reflexión

SECTOR CREATIVO NACIONAL. Jorge Rosenthal, gerente del Programa de IC de Valparaíso: En Chile no hay estudios que permitan estimar su impacto total en la economía. Se sabe que las actividades culturales representan alrededor del 2% del PIB, superan al sector pesquero (1,02%), agrícola (0,66%), textil (0,78%) y frutícola (1,31%). Si incluyésemos el resto del sector creativo (diseño, arquitectura, publicidad) la cifra sería mucho mayor. Sólo el mapeo de Valparaíso indica 330 emprendimientos. Son organizaciones de pequeño tamaño, generadoras de empleo, en especial joven y profesional, y con estudios de postgrado en el extranjero. Al igual que el resto del mundo, se agrupan en polos y con una lógica localglobal, generan imágenes del territorio y funcionan en sinergia con el turismo.

Edna dos Santos, jefa del Programa Economía Creativa de la UNCTAD. Cuentan con una institucionalidad favorable al desarrollo de los emprendimientos creativos gracias al CNCA. Según los datos de UNCTAD, la industria editorial y del diseño representa la mayor parte de las exportaciones de las IC en Chile con ingresos conjuntos de cerca de US$ 200 millones de dólares para el 2005. Aparte del gran patrimonio cultural, Chile tiene un gran potencial dado su alto nivel de digitalización. El 2005 alcanzó la mayor penetración de banda ancha en América Latina.

Políticas nacionales sobre IC

Rosenthal: Para el Estado es un tema nuevo. Existen pocas experiencias articuladas. Ha tardado demasiado en captar la tendencia global, lo que es comprensible dada la estructura de nuestra matriz productiva, fuertemente basada en la explotación y exportación dematerias primas y productos de bajo valor agregado.

Ministro de Cultura, Luciano Cruz Coke: Es una tarea importante cómo pensamos las políticas culturales de los próximos años para incorporar mecanismos que incentiven la creación y desarrollo de IC, especialmente en áreas que tienen la capacidad de convertirse en industrias, como el cine, música y diseño. Estamos impulsando el tema de IC a todo nivel en el CNCA: el Departamento de Creación Artística trabajará en su fomento, creando mecanismos de incentivos e incorporando nuevas áreas (como arquitectura y diseño); y estamos organizando una serie de seminarios para instalar este tema.

Tareas pendientes

Ministro: Hay que reconocer que a los que pertenecemos almundo de la cultura nos cuesta asumir que lo que hacemos es un producto que puede y debe ser industrializado. Todavía hay mucho romanticismo en nuestro quehacer. Para que nuestras creaciones adquieran proyección debemos pensar en incorporar elementos como la eficiencia, planificación a largo plazo y gestión. Estoy seguro de que si la concebimos como una industria nos permitirá exportar e internacionalizar nuestros productos culturales. Ese es otro de los grandes desafíos. Es fundamental contar con mecanismos de protección y estímulos para los creadores, como la Ley de Propiedad Intelectual que el Presidente promulgó el pasado 23 de abril en elmarco del Día del Libro. También es clave que los sectores público y privado trabajen en conjunto. En ese sentido, debemos hacer esfuerzos por buscar aumentar la participación delmundo privado en cultura, ya que en este momento su aporte es muy bajo respecto al público, con una relación de 1 a 9. Estamos potenciando y trabajando la Ley de Donaciones Culturales, que entrega beneficios tributarios a empresas que ocupan este instrumento. Se enviará al Congreso un proyecto paramodificar la ley, que ampliará la base de posibles donantes, elevará a 6% el tope para las donaciones con fines culturales y, entre otros cambios, hará posible la donación electrónica vía web pay.

Rosenthal: Para el sector público es hacerse cargo de esta oportunidad y alinearse con la tendencia global, buscando en la creatividad y en la cultura un motor para el desarrollo. Esto debiese implicar el diseño de programas, estrategias y, sobre todo, destinar recursos al fomento de las industrias creativas. Para el sector creativo es comprender que se trata de un sector productivo de alto impacto y de grandes externalidades positivas para el país, y además ocuparse de su desarrollo y sustentabilidad, buscando trabajar con altos estándares de calidad, pero sobre todo fortaleciendo sus capacidades de gestión, especialmente en lo que se refiere al despliegue comercial de su oferta.

Edna: Reforzar los mecanismos de financiamiento para los emprendedores creativos. Puesto que se trata de pymes, el acceso al crédito es difícil y requiere de garantías que los empresarios no pueden aportar. Fortalecer las estrategias de comercialización de los productos creativos de Chile ya sea a través de sus redes comerciales, ProChile y Cámaras, para insertarlos en los mercados mundiales. Para el desarrollo del mercado local cultural se requiere de campañas de sensibilización para que Chile valore su arte, cultura, productos y servicios. Ahora, con la globalización, se presenta a los países la oportunidad de marcar sus diferencias culturales, tradiciones, gastronomía, bienes y servicios creativos, creando así una marca que reúne los valores que representa un país. Con el reciente acceso de Chile a la OECD, debe participar de las experiencias de otros países y de las mejores prácticas de un gran número de países desarrollados que ya se están beneficiando de sus IC.

Enrique Avogadro, director general de IC y Comercio Exterior: Chile es un país al que admiramos por su empuje y su apego al orden. Probablemente les falte trabajarmejor en plasmar la identidad de las industrias creativas chilenas en un mensaje claro para proyectarlo después al mundo.

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