El talento de la acidez

Para mí, la acidez bien usada es una cualidad, un talento. Esas miradas que son capaces de desmenuzar situaciones sacando lo más crudo de ellas y presentándolo con humor y buena labia, son demasiado atractivas. Por eso fui donde Juan Carlos Fau, el dueño de las Librerías Qué Leo (www.queleochile.cl), buen conversador en La Venganza del Pudú de Radio Horizonte y al que podemos también ver entrevistando escritores por ARTV, para preguntarle por escritores y libros ácidos. (Providencia 2102 y en el Patio Bellavista).

Intimidad de Hanif Kureishi: "Británico de origen pakistaní. Kureishi pertenece a esta camada de autores onderos de Inglaterra. Él hace historias de hombres torpes enamorados, que persiguen a las mujeres y generan una cosa muy incómoda para el lector masculino. Son situaciones de la vieja escuela "ideales", como tener una pareja solamente sexual, y él la echa a perder, le pone sentimientos y comienza a inquietar al que lee, a molestar, piensas: esto no se hace, ni dice. Se piensa. Y él verbaliza. Es desagradablemente atrapante este libro. Dentro de los ácidos, es uno de los más notables porque es más preciso".

El Sindicato de Policía Yiddish, de Michel Chabon: "Lo increíble de Chabon, que se parece mucho a Philip Roth, otro ácido fundamental, es que al ser judío es capaz de burlarse y satirizar salvajemente de su misma colonia. Es casi incómodo. Uno sabe que los guetos tienen sus códigos, pero cuando los descubres y te pones como delator y los expones como él lo hace, ya crea una empatía y te vas con su sentir. Él es capaz de reírse sociológicamente de su mismo entorno".