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Margherita: Franco Albini-1950

Albini fue el principal diseñador del movimiento neorracionalista italiano. Su búsqueda se centró en la perfección de la factura y la supresión de lo innecesario. Formalmente encontró en la investigación de las formas, texturas y materiales la novedad. Sus años fueron los 30, 40 y 50.

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Entre los aspectos más atractivos de la trayectoria de Franco Albini (1905-1977) se encuentra el cómo trabajó por hacer de lo que conocemos como espacio algo diferente. Tomó del racionalismo mucho, pero se autodenominó neorracionalista. Ese paso entre lo moderno a secas y la obra de Albini es sutil pero contundente. Si sus maestros hicieron prodigios con el acero y los cubos, Albini desarrolló teorías y proyectos que cumplían con 'less is more', pero de un modo más... ¿sofisticado? ¿futurista?

Actualmente su legado lo administra la fundación que lleva su nombre y que se ha encargado desde fines de los 80 de recopilar su trabajo, desde sus dibujos hasta los archivos fotográficos de sus proyectos de arquitectura, interiorismo y diseño. Una de las sorpresas es encontrarse con un documento que enumera las innovaciones que Albini realizó a la arquitectura universal. Son nada menos que 14 puntos, "motivos y estructuras figurativas del lenguaje y expresión de Albini". Entre ellos (vale la pena estudiar cada uno) destacamos, por ejemplo, el uso de transparencias, de la grilla y la trama como material expresivo. De hecho el sillón Margherita, que vemos en la foto, y el sillón Gala de 1950 son ejemplares perfectos de mediana escala. Del análisis hecho a la obra de Franco Albini surge lo que él denominó 'la era del nuevo espacio', en que a la planta libre de Le Corbusier sumó la idea de un bosque en armonía, en el que los pilares de la construcción debían precisamente situarse de tal modo de lograr esta imagen. Aparece también el uso que dio a los marcos y las perspectivas, con el fin de lograr que el hombre en su habitáculo natural -la vivienda- lograse gozar de ellas; el arquitecto debía generar y mejorar esta experiencia. Uno de los ejemplos notables de la aplicación de cada una de sus ideas es lo que Albini realizó para la VI Trienal de Arquitectura de Milán de 1936, con su Habitación para Hombre. En ella se pueden ver sus postulados en 30 m², un espacio casi monástico, donde las formas, las superficies y las texturas se mezclan y permiten la vida integral del hombre moderno.


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