Mujeres en su salsa
Madre e hija armaron un mundo alucinante, facilitado por la cercanía de edad, la complicidad y por enfrentar la vida de la misma manera, esa que fomenta el andar con la mejor de las ondas y con la alegría como ingrediente principal.

Suena el timbre. Lo que se escucha al otro lado de la puerta son pisadas de un perro que corre porque sabe que alguien llegó. Sale a recibirnos Macarena Velasco junto a Sara, una perra salchicha increíble. La calidez de la dueña de casa se siente al instante.
Abogada de profesión, Macarena se define como una fanática de la arquitectura, del diseño, de las flores, de los perros y los pájaros. “Yo debería haber estudiado filosofía, pero estudié ingeniería comercial con mención en economía en la Universidad de Chile, y cuando ya estaba trabajando en el Banco Central necesité buscar algo más, algo que le diera solución a los problemas de la vida y por eso decidí estudiar derecho”, cuenta Macarena.
Ella, junto a su hija de 25 años, que también se llama Macarena, hacen del día la composición perfecta, acompañándose con un cariño inmenso. “Con mi hija viajamos mucho, nuestro último viaje fue a Tailandia. Tenemos ritos, horas de encuentro, yo la dejo que tenga su espacio donde siempre caben sus amigas, que son parte de esta casa; pero a ciertas horas nos conectamos las dos”, cuenta Macarena.
En este departamento de dos pisos, esa complicidad entre madre e hija se refleja en cada rincón. Cuando recién llegaron a este lugar, hace ya 20 años, vivían en la mitad de lo que es hoy. Fueron pasando los años y Macarena compró el departamento de al lado. Unió todo y se armó un proyecto muy entretenido donde cada una de estas mujeres tiene su mundo, con sus gustos y colores, en el que prima el respeto por la otra, pero siendo tan unidas como lo han sido siempre. “Este es un departamento de los años 80 y con el tiempo lo he ido modificando. En su origen tenía ladrillo a la vista, los tapé e incorporé las terrazas a las habitaciones respectivas. Los baños y la cocina los he hecho diez mil quinientas veces. Generalmente tengo superclaro en mi cabeza qué es lo que quiero y cómo lo quiero, entonces me sale muy fácil la ejecución”, explica.
Pero como todo en la vida, para concretar las buenas ideas hay que acompañarse por un buen equipo, el mismo que la dueña de casa encontró en el talento de gente joven como son losmuebles de Elizabeth Mercado. “Ella me aguantó crear cada uno de mis muebles, con decirte que agarramos una cómoda del año de la cocoa y con Elizabeth la patinamos entera y le pusimos líneas, solo por contarte una de las tantas cosas que ha hecho ella con mis muebles”. Otro pedestal fundamental para ejecutar las ideas de la abogada, y con quien tiene la mejor de las complicidades, es su maestro de toda la vida, Segundo Mora, quien –dicho por ella misma– “me lleva el amén en todas las locuras que se me van ocurriendo”. Y este equipo habla también del constructor Jorge Livingstone, quien la ha asesorado en aquellos cambios estructurales por los que ha tenido que pasar el departamento.
“Llevo 20 años acá y vivo proyectando cambios”, dice Macarena. Se nota. Así es ella, una mujer incansable, que vive la vida con un ritmo al revés, llena de actividades como el yoga, losmasajes, el baile y el amor incondicional por su hija. Esto se respira y es cosa de abrir la puerta delmundo de estas dos mujeres para que el cariño de ambas acoja al que las visite.
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