Nido lleno
Están felices por donde se les mire: hace dos meses nació Iñaki, su primer hijo; dos semanas antes terminaron la remodelación de su nuevo departamento y se cambiaron; como si fuera poco, suenan campanas de boda porque en febrero tienen fecha para el AUC. Así que cuando entramos a su cocina y nos cuentan que es el corazón de la casa, no podemos otra cosa que sentir un latido precioso, lleno de amor, cómodo y tal cual el espacio: iluminado y abierto. Cuando la cocina parece un nido donde todos llegan a comer, estar, sentir. Eso pasa en esta familia de pulsaciones llenas.


Las caras de Carolina Bazán y Rosario Onetto no pueden más. Obviamente la mayor razón es Iñaki, la guagua de ojos achinados hipnotizantes que acaba de agrandar la familia, pero también hay otras razones. En septiembre se entregan los premios de los 50 Mejores Restaurantes de Latinoamérica y el año pasado al Restaurante Ambrosía, donde Bazán maneja la cocina y Onetto la sala y la sommeliería, le fue regio, entrando al ranking en el lugar 37. No lo quieren contar pero estamos seguros de que viajan a México para la premiación y que Ambrosía nuevamente nos sorprenderá, tal y como lo hace cuando se llega a esa mesa y se prueban las delicias que sirven.
Pero ahora, en su departamento recién inaugurado de Providencia, la frecuencia es otra. El posnatal domina la escena en las paredes remodeladas por la arquitecta Macarena Canales, amiga de Carolina y que también tiene su hogar en estos dúplex. “La remodelación consistió un poco en lo que hizo ella en su depto pero a nuestro estilo. La parte de la cocina, que para nosotros era vital, tenía una pieza y un baño distintos. Nosotros volamos la pieza y el baño lo arreglamos. En el fondo aquí había una cocina chica que no estaba integrada al living y que además estaba horrible, era como deprimente, con piso de flexit negro, una capas de cortina que quitaban todavía más luz. Entonces basadas en lo que Maca y su ojo visionario habían hecho antes, la arreglamos”, comenta Carolina.

El resultado no puede ser más acogedor, una cocina que recibe abierta y generosa, con madera en los muebles y una mesa redonda al centro que sirve tanto de apoyo como para comidas diarias y otras más formales, aseguran ambas. Arriba de esta, una gran lámpara blanca de Popular Design actúa como abrazo de luz, perfecta y cálida, alegrando todo el ambiente; bajo las ventanas una pizarra donde anotan desde la edad de Iñaki y Ron, el maravilloso perro que tienen, hasta recuerdos. Todo con plantitas, fotos y en la esquina el broche de oro: computador, para trabajar desde ahí en lo que sea; hasta el ideal para terminar poniendo música y bailando con el recién nacido. ¿Bello no?
Las superficies son todo lo que un cocinero puede soñar: mármol. “Fue una sugerencia de la arquitecta que me fascinó, porque es bueno para cocinar, desde masas para estirar hasta hacer un pan. Es un mesón frío, rico, excelente para trabajar”, dice Carolina. Además, reafirma Rosario, “con materiales nobles, que queda bien con la casa, se arma un equilibro y es bonito”. Y continúa Carolina: “Ya que todo está integrado tenía que ser estéticamente agradable, funcional pero bonita. Nos veíamos invitando a gente en algo más formal pero a nuestra manera y queriendo estar rico, que se viera lindo también, y resultó que la gente queda alucinada por el espacio. La iluminación que tenemos está bien pensada, con dimmer... Entonces el que queda sentado mirando la cocina está feliz, cero castigado”.

¿Qué es lo que más les gusta de la cocina? Carolina: “La cocina misma. Yo no tenía cocina y empezamos a ver para comprar. La de mis sueños era la de Verónica Blackburn, pero era imposible hasta que llegamos a Kitchen Center y vimos esta cocina que nos encantó, con campana y todo. Nos demoramos harto en comprarla porque el departamento no salía y justo antes de empezar a remodelar me contactan de Kitchen Center para ser embajadora, así que feliz, porque antes ya la quería. Yo no sería embajadora de algo que no me gustara y esta me tenía conquistadísima, así que fue como un regalo maravilloso. También tengo la grifería de KC y es excelente, junto con la parrilla de la terraza que es casi una extensión de la cocina en verano. Fue una sincronía perfecta porque mi cocina era compensada con esta que ahora represento. Es exquisita, los fuegos son potentes, la cocina es eléctrica y de calor parejo, entonces es lejos lo mejor que he tenido propio”.
Rosario: “La luz que tiene. Llegar al desayuno en la mañana y recibirse con esta luz ya es llenarse de energía, me encanta. Me fascina que sea abierta y funcional, o sea, es bonita pero a la vez hay espacio para guardar las cosas, para trabajar, para poner cosas cuando se llega del supermercado y etc.; se ve claro y cómodo todo. Y me encanta tener el computador en la cocina”.
¿Cuáles son los juguetes de cocina que tienen? Carolina: “Me compre un runner casero (máquina que controla temperaturas mientras mueve el agua para cocimientos al vacío) y soy feliz; a la larga, acuérdate de mí, todos tendrán uno, es como cuando nació el microondas, al principio nadie tenía y después todos. También tengo la selladora al vacío obviamente, hartos cuchillos, máquina para sacar jugo; he ido armándome de todo lo que tengo en el restaurante pero en mini”.
Rosario: “Lo mío va por las copas, las tengo a la vista y de varios tipos, también están las botellas, pero más guardaditas, acostadas y cuidadas de temperatura, como debe ser”.
Y a Iñaki, ¿cómo lo gozan en la cocina? Carolina: “Siempre estamos aquí con él, lo ponemos entre medio. Yo me lo enchufo en la mochilita y cocino con él acá. Y bailamos también. Al final estamos todo el tiempo aquí, porque es el corazón de la casa”. d
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