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Plazas de agua

Es el nombre de la iniciativa que se está implementando en las comunas de Lampa y Colina en busca de que los vecinos dejen de utilizar los grifos para refrescarse. Un par de sencillos proyectos a cargo de la ONG Misión Urbana ha cumplido a cabalidad con este objetivo.

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Este verano fue distinto para los vecinos de Lampa y Colina. Sortearon de mejor manera los más de 30 grados que promediaron los pasados meses de enero y febrero, y lo siguen haciendo durante marzo. La razón de este positivo cambio son las Plazas de Agua, una iniciativa cuyos beneficios están comprobados en Europa y Estados Unidos. Consiste en la construcción de una estructura de hormigón que, al poner su mecanismo en funcionamiento, lanza agua que luego, a través de un sistema de drenaje, es reutilizada.

Esta historia, eso sí, comienza mucho antes. Sucede que hacía ya un tiempo las empresas Servilampa y Servicomunal habían dado a conocer la campaña Yo cuido mi grifo, cuya idea era que éstos fueran utilizados de manera correcta y no para fines recreativos. Y es que, efectivamente, en comunas como éstas los medios para escapar del calor son prácticamente nulos, de manera que los grifos son a ratos la única opción que tiene la gente para refrescarse. Era urgente pensar un plan que lograra suplantar este tipo de prácticas.

Misión Urbana (www.misionurbana.cl) es el capítulo local de Architecture for Humanity, ONG con presencia mundial abocada a dar solución a distintos problemas presentes en la ciudad.

Los números, en todo caso, dieron una clara respuesta: un grifo abierto gasta 16 litros de agua por segundo, mientras que las plazas de agua sólo 2. Con esos datos en el bolsillo ambas empresas rápidamente se contactaron con la ONG Misión Urbana, quienes en tres semanas llamaron a concurso a algunos arquitectos voluntarios de su corporación, escogieron al ganador, planificaron el diseño y de inmediato construyeron. Así, dieron vida a la Plaza de la Comunidad de Colina, "un espacio de recreación seguro y entretenido para los niños", dicen los arquitectos Víctor Alegría y Enzo Córdova, quienes generaron una superficie de juego con coloridos pilares metálicos que lanzan agua en forma de molino. Plaza Leubuco, por su parte, es el proyecto de Lampa, desarrollado por los arquitectos Felipe Sanhueza y Gregorio Barros. Aquí, un suelo de hormigón con moldaje flexible contiene salidas de agua en forma de rociadores.

¿Y su efectividad? Comprobada. Ambos sitios se convirtieron en un lugar de encuentro para los vecinos, quienes ya se están haciendo cargo de su adecuada mantención y administración.

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