Conocí a una persona que por no haber cuidado una herida en un pie sufrió la amputación de un dedo, luego este se infectó y, como era diabético -sin saberlo-, todo se complicó aun más. Aparentemente las complicaciones seguirán aumentando. Toda esta situación le costaría cerca de 10 millones de pesos; ¡increíble!, comparado con un parche y un poco de metapío, incluso pagando una consulta al doctor más caro de su región.

En las edificaciones pasa algo similar: una pequeña gotera puede significar ‘picar’ todo un muro, un cable con olor a quemado transformarse en incendio, una trizadura en un vidrio puede desencadenar un accidente, o un pequeño escape de gas puede traducirse en una gran explosión o grave intoxicación.

Ante cualquier anomalía lo ideal es reaccionar lo antes posible, llamar a un especialista aunque sea caro, pues después podría ser costosísimo y fatal. Ahora bien, si usted puede subsanar el problema con conocimientos y arreglos adecuados, bienvenido (salvo aquellos con electricidad o con gas, en ese caso llame a un especialista, no se arriesgue), pero jamás con estrategias tipo ‘parche’; en este país se tiende a hacer de lo provisorio o el parche un logro. El típico caso son las viviendas de emergencia o  ‘provisorias’, las cuales se eternizan, consiguiendo con ello al poco tiempo una mala ecuación: mucha gente con muchos problemas.

Lo más razonable es prevenir; esto es adelantarse, hacer una revisión de los sistemas (agua, gas, calefacción, ascensores, electricidad y alarmas, entre muchos otros) tal como se hace con la revisión técnica para los autos una vez al año.

En salud es igual, es mejor ir a un médico para revisiones, antes que padecer alguna enfermedad; de hecho muchos tumores son absolutamente sanables si son detectados con anticipación.

Obviamente, además de lo anterior, el cuidar las instalaciones, artefactos y salud es muy efectivo, es más barato y seguro. Suponer que las cosas se arreglarán solas no es opción. Lo cómodo, pero no óptimo, sería contar con seguros (excepto accidentes), que generalmente son caros..., ah, y cuidado con la letra chica, las primas y las modificaciones unilaterales.