¿Qué más se puede pedir?
Era todo lo que quería, un sitio a su medida. Con la cara llena de risa, la dueña de este departamento disfruta del barrio y sus bondades, pero sobre todo del lugar donde cada día vive. No es para menos, este es el resultado de sus propias buenas ideas.

¡Qué vista!, dice la dueña de este departamento al mirar por la ventana. También lo digo yo y probablemente quien entre por primera vez. Una calle en el corazón de Providencia con sombras de grandes árboles y un teatro en la vereda del frente. Un verdadero lujo. Bueno, eso es una parte de la historia. La otra viene dada por cómo se vive este departamento que fue transformado, potenciando sus espacios y decorándolos con dedicación. “Sola analicé el lugar y vi cómo se podría aprovechar mejor para que le entrara más luz y los espacios se integraran. Saqué la pieza de servicio porque nunca pensé tener nana, rompí el muro que divide la cocina y el comedor para unir ambos espacios, empapelé, pinté muros y saqué todo el mobiliario plástico de la cocina para poner sólo muebles antiguos de madera, que se pueden mover de lugar a mi antojo”, comenta María, quien se instaló hace ya siete meses acá.
Lo entretenido es que esta vez quisimos formar parte del proceso, no sólo llegar a ver el resultado, sino que acompañar en el durante para evidenciar que cuando hay buenas ideas, todo es tanto más fácil. El escenario era perfecto gracias a las características que tienen las construcciones antiguas de nuestro país, en las que se privilegiaron la amplitud, las murallas gruesas y una circulación lógica. “Es un espacio que he armado a mi gusto logrando cierta armonía y estética, pero preocupándome mucho de la comodidad y de que sea acogedor”, cuenta ella.
La fluidez de la decoración dentro de los 130 m2 hace que este departamento adopte un carácter tan íntimo y personal que dan ganas de no irse más. “En general me gusta combinar los muebles antiguos de madera con cosas un poco más coloridas”, dice la ingeniera. No paró hasta que tuvo lo que quería, tanto así que “mi cama también la hice porque odio las camas nuevas”. Misma lógica que aplicó en el piso y cerámicas de la cocina, que son su fascinación máxima porque ella las eligió a su medida para hacer de este lugar el anfitrión justo para invitar a los suyos a comidas y juntas sociales recibiéndolos con alguna rica preparación. Simplemente energizante.
INSPIRACION
Los coloridos muebles y accesorios instalados por la dueña de esta casa son un muy buen complemento para la madera predominante.
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