Reconstrucción: Innovaciones para tomar en cuenta
27 de febrero de 2010. Terremoto y tsunami en Chile. Más de 20 mil localidades afectadas en seis regiones de la zona centro-sur del país. Un desastre natural disímil y complejo. Tras 364 días, ¿qué ha pasado? ¿En qué se trabaja? Urbanismo, patrimonio, vivienda y aldeas provisorias son los ejes sobre los que se instalan nuevas maneras y visiones de hacer patria. Una mirada con sentido de oportunidad que ya cuenta con obras concretas y otras con plazos definidos.


Mañana se cumple un año. Uno desde que la tierra se movió a 8.8 grados en la escala de Richter, dejando al descubierto lo frágil de una sociedad que no tomó en cuenta a la naturaleza dentro de su lógica de desarrollo. Las consecuencias: nefastas, porque si bien en Chile había antecedentes sísmicos de sobra, una tragedia como la del 27F llegó para evidenciar, una vez más, que el país por su herencia tenía que crecer de otra manera.
Vivienda, barrio y ciudad son los aspectos que definen el plan de desarrollo que se plantea desde el gobierno. Dentro de estos ejes la idea de mejorar los estándares de calidad de las viviendas, el cambio en la proyección urbana de ciudades y pueblos, el rescate de la identidad patrimonial y cómo afrontar la reconstrucción en una línea paralela a la de la emergencia, configuran innovaciones y proyectos que según Pablo Allard, coordinador nacional del Programa de Reconstrucción Urbana, se traducen en un mejor pie para afrontar los próximos 50 años. De qué se trata, revisamos algunos de los que representan mayores avances y cambios:
Los planes maestros
25 planes maestros de borde costero y más de 100 de regeneración urbana es lo que se está llevando a cabo
. Su objetivo apunta a alinear y priorizar las obras y proyectos a realizar para optimizar los recursos existentes. Dentro de esta lógica, ciudades y pueblos que por años esperaban fórmulas de desarrollo eficiente y acorde a sus potencialidades, se han visto por fin llamados a entrar en la mira de la inversión pública con obras que comprometen los estándares urbanos y, por ende, el desarrollo social, económico y ambiental de la localidad. Uno de estos casos es Dichato. Azotado por siete olas, necesitó un proyecto de reconstrucción apoyado por una serie de estudios que permitieran invertir en una zona de alto riesgo como ésta. Estudios de modelación de tsunamis para ver qué obras eran las más apropiadas para bajar la velocidad, altura e intensidad de una posible futura ola. Desde ahí entonces se proyectaron un parque de mitigación de tsunami y una serie de obras en el estero, para minimizar el impacto en términos de expropiaciones y que el mayor número de vecinos puedan volver al borde costero.
"Con este plan maestro se definen las zonas a edificar, y podemos entonces correr el área de riesgo pensándola no solamente como una obra de ingeniería, sino también como un aporte al turismo y al espacio público de la ciudad, lo que es la arista más sustentable del proyecto. Ya iniciamos las obras en Dichato en la costanera y en el bulevard Daniel Vera, pero no solamente estamos haciendo obras, sino que estamos definiendo una zona que se va a mojar, pero que no va a ser destruida, en la cual podemos volver a vivir", aclara Pablo Allard.
Reconstrucción patrimonial
La cifra es contundente.
Más de 7.000 viviendas con cierto valor patrimonial fueron destruidas
. Cascos históricos devastados completamente, concentrándose mayoritariamente en la VI Región, y cuya urgencia se dio en la reacción pronta para impedir que la historia e identidad de ciertas comunidades perdiera su carácter, con construcciones que nada tenían que ver con la tipología existente. "Para eso desplegamos más de 100 planes de regeneración urbana (PRU), generando instructivos de cómo mantener la imagen urbana de estos pueblos", comenta Allard.
Planes que tienen relación con una reconstrucción de barrios y localidades con proyectos, tipos de casas y espacios comunes que potencien su imagen.
A la fecha se han definido 175 áreas para entregar un subsidio de 200 UF adicionales para reparar y reconstruir viviendas patrimoniales
. Además, en conjunto con el Consejo de Monumentos Nacionales, se trabaja para agilizar la revisión de proyectos, a los que se suman más de 50 iniciativas entre empresas privadas, fundaciones y universidades para recuperar pueblos. Es el caso de Curepto, donde la Fundación Mustakis y la Asociación de Oficinas de Arquitectos (AOA) están unidos en la recuperación de algunas obras de calle Carrera, o en calle Freire en Constitución. "Tenemos más de 50 mil obras en construcción o reparación dentro de este ítem. Además hemos generado equipos especiales; por ejemplo, en la VI Región se formó una oficina especial de reconstrucción patrimonial", puntualiza Pablo Allard.

Las 'tsunamirresistentes'
Una de las características más complejas de este terremoto fue la diversidad y expansión del daño no sólo causado por el terremoto, sino también por el tsunami. Ante este panorama, una de las mayores innovaciones introducidas fue incorporar la tipología de viviendas tsunamirresistentes, lo que se traduce en el uso de primeros pisos construidos con materiales sólidos, sobre pilotes, y para las cuales se pensó en un subsidio especial de hasta 150UF. Estas construcciones se establecen dentro de sectores asignados de acuerdo a los estudios de evaluación de riesgo y lo que dicta el Plan Maestro para localidades como Dichato y Constitución. "
Los terrenos que están en zonas de riesgo son aproximadamente 4.000
, y eso lo vamos a reducir de manera significativa pues este tipo de construcciones nos ayuda a mitigar daños y, sobre todo, riesgos", aclara Allard.

Vivienda tipo
"El 96% de las mediaguas construidas (80.000) se ubicó en el lugar donde la gente vivía.
Eran propietarios, lo que por un lado indica que el desafío de la reconstrucción no se define por el negocio inmobiliario; tenemos que llegar con casas a esos terrenos", aclara Allard, a lo que Francisco Irarrázaval, secretario ejecutivo de Desarrollo de Barrios, agrega que "el desafío de la reconstrucción es totalmente diferente a lo que se había hecho anteriormente. Antes las inmobiliarias compraban terrenos en las afueras de la ciudad, juntaban gente y construían. Ahora la gente es propietaria del terreno, lo que permite reconocer el arraigo y optar". Para Irarrázaval, "este modelo permite unir la oferta y la demanda, que hace que los encargados de la construcción, en este caso los entes inmobiliarios, tengan que innovar presentando proyectos de viviendas competitivos, pues son los vecinos los que finalmente eligen, dentro de un conjunto de alternativas, el proyecto que más se ajusta a sus necesidades. Esto logra un proceso con mayor transparencia, velocidad en la solución y conciencia de los estándares de calidad".
A través de este plan ya son más de 8.000 las familias que han elegido sus viviendas
. Como ejemplo está el caso de Coelemu, cuyos habitantes optaron en su mayoría por una vivienda de 50 m² cuya ventaja es que puede ser construida en albañilería o madera. "Lo interesante es que
esto nos ha permitido no sólo entregar 100.000 subsidios, como nos habíamos propuesto, sino que pasar de la entrega del subsidio a la ejecución lo antes posible
", puntualiza Irarrázaval, encargado de Desarrollo de Barrios.
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