Review | WandaVision es lo más raro realizado por Marvel Studios a la fecha y eso es bueno

La realidad cambia en esta primera producción de la nueva fase del universo superheroico que por primera vez tendrá una serie en Disney+.


No es raro toparse con críticas que ponen sobre la mesa que Marvel Studios juega demasiado a la segura, que aborda historias previsibles o que inclusive se ha convertido en un parque de diversiones de experiencias homogéneas. De hecho, aunque Kevin Feige argumenta que su compañía ha experimentado con distintos géneros para establecer a sus exitosas películas, no se puede negar que la propia idea de generar un universo cohesionado que entrega experiencias seriadas implica que algo de uniformidad deba existir.

En esa línea, tras la presentación rompe récords de Avengers: Endgame, que terminó la era de los dos principales bastiones del estudio (Robert Downey Jr. y Chris Evans), la compañía ahora se prepara para iniciar una fase sin fin que estará marcada por la interconexión no solo de las películas, sino que también de las series realizadas para la plataforma de streaming Disney+. Será un verdadero cambio de timón que nos dará tanto MCU (Marvel Cinematic Universe) como sea posible. A riesgo de chacrear la gallina de los huevos de oro.

El punto de partida será WandaVision, una costosa serie que debutará este viernes 15 de enero y que se centrará en Wanda Maximoff, el personaje interpretado por Elizabeth Olsen, revivido justo antes de la batalla final contra Thanos, y Vision, el androide a cargo de Paul Bettany que encontró su fin en Avengers: Infinity War y que ahora vuelve sin explicación inicial alguna.

En ese sentido, aquí se olvidan de todo el canon al comienzo, ya que su propuesta nos sumerge en un territorio muy distinto a lo que se podría esperar. Es literalmente algo que Marvel Studios nunca antes ha hecho y no solo porque es una serie para ver en pantallas chicas.

En vez de abordar las consecuencias de Endgame o retomar algún suceso del pasado que profundice en la relación de ambos personajes, de sopetón nos enfrentamos con una experiencia de sitcom en blanco y negro. Es una propuesta que reduce la relación de aspecto de la pantalla para trasladarnos a una realidad que no calza con nada de lo visto con anterioridad en este universo superheroico.

Por ejemplo, en la primera secuencia vemos cómo Wanda y Vision se trasladan hasta su nuevo hogar, mientras una serie de situaciones nos presentan los aspectos cotidianos de esta pareja que llega a un nuevo pueblo, tiene habilidades únicas que ocultar de sus vecinos de sitcom y las risas grabadas se repiten constantemente. Todo esto mientras pequeños detalles dejan en evidencia que algo sencillamente no está bien.

Los tres primeros episodios disponibles para la prensa abordan esa dinámica, experimentando con claves de las comedias propias del pasado, ya sea con una experiencia casta como las sitcoms de la década de 1950, guiños directos a las brujas televisivas hechizadas de los sesentas o aspectos más coloridos e irreverentes de la década de 1970.

En esa línea, no tiene mucho sentido abordar los aspectos propios de la historia de cada episodio, ya que su función de sitcom tiene un origen probablemente relacionado a los problemas que marcan a Wanda en las viñetas. Sí, aquí hay algo que creó esta realidad burbuja que poco a poco se va resquebrajando, ya sea porque hay vacíos que Wanda y Vision no han llenado o porque una fuerza exterior inevitablemente quiere intervenir. Solo hay pequeñas dosis de aquello en los tres capítulos iniciales.

Pero lo que sí es llamativo de destacar es que este homenaje a las sitcom, y la forma en que su propuesta es utilizada para forjar la relación de sus dos personajes principales, crea un quiebre en la Matrix del MCU que al fin saca partido a un personaje como “La Bruja Escarlata”, quien hasta ahora solo había sido una mera comparsa. En ese camino, esta propuesta de WandaVision también ataca directamente a los prejuicios que a no pocos nos preparan para esperar que Marvel Studios entregue lo mismo de siempre.

Quizás por eso sea tan difícil evaluar a WandaVision de forma unitaria en su propuesta episódica, ya que sus tres primeros capítulos son literalmente una mera introducción que solo aborda superficialmente lo que estará en juego en sus seis episodios posteriores. Este viernes solo se presentarán los dos primeros y sin duda habrá personas que quedarán completamente descolocadas, ya sea porque no comprendan qué diablos esté pasando (¡Algo pasa con Wanda!) o simplemente no enganchen con lo que esta serie quiere hacer.

Por el contrario, personalmente enganché más de lo que esperaba y una de las claves para que WandaVision logre concretar su objetivo tiene relación con su director: Matt Shakman, quien tiene una amplia experiencia televisiva que inclusive incluye episodios de Mad Men, the Good Wife, The Boys y Game of Thrones. Pero aunque esos títulos destacan en su filmografía, mucho más relevante es su experiencia sitcom dirigiendo 43 episodios de ese joya llamada It’s Always Sunny in Philadelphia.

En WandaVision hay guiños y tributos directos a las sitcoms del pasado, pero también quiebres de la norma que son muy propios de una serie tan sin respeto como lo es la comedia irreverente del bar Paddy’s. Obviamente WandaVision nunca se pasa para la punta como Always Sunny, pero sí hay un dominio bastante acabado de los códigos de las comedias de situación para remecer el terreno en el momento indicado.

Y eso es lo que necesita Marvel Studios. Voces nuevas que se hagan escuchar, y eso es lo que logra el equipo liderado por Shakman, y la decisión de salir del molde, de la máquina de salchichas.

Obviamente solo los seis episodios restantes podrán establecer si WandaVision logra ese objetivo de buena manera, pero sus tres primeros capítulos al menos son la señal de que decididamente avanzan por un camino que nunca antes habían tomado. Y lo agradezco.

WandaVision se estrena este 15 de enero con sus dos primeros capítulos en Disney+.

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