Proponen el regreso de patentes de colores para identificar autos usados que entran a Chile

ANAC anunció que realizará un proyecto para frenar el alza de autos usados que ingresan ocupando exenciones otorgadas para las zonas francas.




Un preocupante incremento en el ingreso de vehículos usados a Chile dio a conocer la Asociación Nacional Automotriz de Chile. El ente gremial precisó que en 2021 entraron al país 58.089 vehículos livianos y medianos usados, lo que refleja un crecimiento de 118% con respecto a 2020.

Pero, ¿cómo pueden ingresar autos usados a Chile si por ley eso está prohibido? Si bien la normativa indica que solo pueden entrar vehículos nuevos para ser comercializados en el país, existen excepciones que se internaron al amparo de alguna exención, excepción o procedimiento especial (vehículos mortuorios, ambulancias, carros de bomberos, vehículos para personas con discapacidades o vehículos clásicos).

Fuente: ANAC

Para usar regímenes de excepción, también pueden entrar al país en las denominadas zonas francas, pero no pueden ingresar al resto del territorio nacional, salvo que usen un pasavante de duración limitada (30 días, prorrogable por otros 30 días).

Según precisa ANAC, “estos vehículos no están sujetos a normas de control de emisiones ni certificación u homologación de sus elementos constructivos, de seguridad, regularización de sus transformaciones, cambios de volante, ni ningún chequeo o verificación de conformidad como sí ocurre para el resto del parque”.

El problema con esta práctica, tal como indica el Informe de Vehículos Usados y Medioambiente del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), es que “con esta práctica, se obstaculizan y ponen en riesgo los esfuerzos declarados por el país para combatir el cambio climático y la contaminación del aire; aumenta el riesgo de accidentes de tránsito al tratarse de vehículos que se someten a intervenciones artesanales, como el cambio de volante desde el lado derecho al lado izquierdo, y, en definitiva, se pone en peligro la vida de las personas entre otras externalidades negativas derivadas de la importación de vehículos usados”.

Entre los problemas que genera el ingreso de autos usados, es que, como indica ANAC, son unidades que “no debiesen pasar a formar parte del parque vehicular nacional en su ‘régimen general’. No obstante, muchas de éstas unidades terminan ingresando de forma irregular a otras localidades y así se ha detectado al dispararse el número de primeras inscripciones de vehículos usados en el régimen general”.

Japón como principal abastecedor

Si se analiza la comercialización de los autos que entran a Chile por país de origen, el 60% proviene de Japón. Ya en 2018 Chile se había transformado en el tercer comprador de autos usados nipones a nivel mundial, según el informe de PNUMA.

El tema de los autos japoneses no es antojadizo. Aunque nadie puede desconocer la calidad de los vehículos fabricados en el país del Sol Naciente (por algo su alta demanda), cabe recordar que se trata de automóviles que fueron diseñados para ser manejados con el volante a la derecha.

Fuente: ANAC

Para poder ocuparlos en nuestro país, deben ser modificadas a través de prácticas artesanales para cambiar su configuración a la izquierda. Con ello, ANAC comenta que “el vehículo sufre transformaciones sustanciales en sistemas tan sensibles, como la columna de dirección, caja de fusibles, sistema de pedales para el freno, acelerador y embrague, ubicación de las plumillas para el parabrisas, mandos para manejar los alzavidrios, entre otras características electrónicas y de seguridad que son desaconsejables de alterar en cualquier vehículo”

Por si fuese poco, en materia de emisiones también hay efectos negativos. Los datos registrados por el RVM – Registro Civil demuestran que la antigüedad promedio de los vehículos usados inscritos con este mecanismo durante 2021 fue de 11 años, en circunstancias que los automóviles de más de 10 años emiten un 85 % más de NOx y un 99% más de material particulado que los automóviles de última generación, según un estudio de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac).

La diferencia en normas anticontaminación será más grande a contar de la implementación de la norma EURO 6 para vehículos livianos y medianos en Chile, que ha sido publicada durante el año 2020, pero esta sólo rige para vehículos nuevos. Los usados a nuestro país pueden vulnerar el necesario avance en normas anticontaminación, es más, podría tratarse de vehículos que en su país fueron declarados pérdida total, lo que llevaría a que “se compre basura”, como señala ANAC.

Fuente: ANAC

Estas prácticas alejan al país de los criterios definidos por la OCDE y por el mismo Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo.

“Una flota mundial de vehículos más limpia es una prioridad para lograr los objetivos climáticos y de calidad del aire a nivel mundial y local. Durante años, los países desarrollados han exportado cada vez más sus vehículos usados a países en desarrollo y esto se ha traducido en el envío de automóviles contaminantes, debido a la falta de normas y regulaciones efectivas”, precisó Inger Andersen, directora ejecutiva del PNUMA, en la publicación de su informe.

La solución que propone ANAC

Considerando los riesgos que general los vehículos usados, tanto por la contaminación como por la ausencia de los elementos de seguridad obligatorios, la ANAC señaló que “Chile debiese alinearse a los criterios de la OCDE para detener el ingreso efectivo de vehículos usados al territorio nacional, manteniendo sólo las excepciones para vehículos de emergencia o de necesidades especiales, pero sin permisividad para el ingreso de vehículos para personas particulares”.

Para conseguir este objetivo, el ente gremial propuso la realización de una campaña educativa para las unidades investigativas y de control fronterizo tanto en Aduana de Chile, como con MTT, que son los entes encargados de controlar el ingreso de bienes y productos al país y de regular la seguridad vehicular en nuestras calles y caminos.

Pero no es la única medida. Según precisó Diego Mendoza, director ejecutivo de ANAC, se apoyará “el restablecimiento de un sistema de placas patentes únicas para vehículos que circulen en zonas francas, para su fácil detección cuando estén transitando fuera de las zonas de extensión (antigua patente roja)”.

“La patente roja que tenían en la Zona Franca era una buena idea y quizás hoy, en algún minuto, se podría declarar discriminatoria, pero si se pone para vehículos usados, que son más contaminantes, yo creo que sería una discriminación positiva”, agregó Mendoza.

De paso, la distinción de placas patentes según color podría aprovecharse para diferenciar vehículos que utilicen electricidad o que sean híbridos con recarga exterior (BEV y PHEV), ya que en caso de rescate de emergencia en carreteras se debe poder identificar rápidamente cuándo un vehículo está electrificado y cuando no, facilitando de esta manera los protocolos de rescate, corte de carrocería y riesgo de shock eléctrico son distintos.

ANAC enviará estas recomendaciones al Ministerio de Transportes (MTT) y a Aduanas de Chile, con el objetivo de avanzar en un convenio de colaboración público-privado que permita mejorar la seguridad vial y la preocupación por la variable medioambiental.

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