Crisis por migrantes se agudiza en Tijuana y Mexicali

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Una mujer proveniente de Honduras escapa del gas lacrimógeno junto a sus hijas gemelas de cinco años, en la frontera de México con Estados Unidos.

Ante la escalada de violencia en el límite fronterizo, Trump amenazó con "cerrar la frontera" ante el avance de la caravana de migrantes que pretende pasar a EE.UU.


"Hoy estamos buscando qué comer para mis tres hijas, pero la verdad es que aquí ya no se puede estar. No se imaginan cómo están los baños (en el albergue). No se puede ni ir, ni menos bañarse. Aquí esta muy feo, sobretodo para mis bebés", cuenta a La Tercera Derian Antonio, que viajó con la caravana desde Honduras junto a su esposa, tres hijas y un hermano. La familia de Derian es una de las tantas que espera en un albergue de Tijuana, en la frontera con México, para solicitar asilo en EE.UU.

Los migrantes de la caravana centroamericana, en su mayoría hondureños han recorrido más de 4.000 kilómetros desde que salieron de San Pedro Sula el 13 de octubre, escapando de la violencia y la pobreza en sus respectivos países.

En su ruta, los migrantes se han encontrado con una serie de dificultades -de hecho irrumpieron en los pasos fronterizos entre Guatemala y México- pero el domingo se registró un giro cuando cerca de 500 centroamericanos intentaron cruzar ilegalmente el paso fronterizo San Ysidro, que conecta Tijuana con San Diego.

Los más de 5.000 efectivos estadounidenses desplegados en la frontera lanzaron bombas lacrimógenas y balas de goma para detener el avance de los migrantes, entre éstos mujeres y niños.

La familia de Derian Antonio sostiene que no regresarán a su país sin lograr el "sueño americano". Como otras familias, ellos han sido testigos de cómo cientos de compatriotas han llegado al albergue arañados y asustados después del conflicto fronterizo. Todos seguirán esperando e intentando cruzar la frontera.

Sin embargo, los discursos de Trump han caído como un balde de agua fría para quienes esperan en los albergues. El Presidente estadounidense señaló que los migrantes "no entrarán jamás a Estados Unidos" e hizo un llamado para que México los devuelva a sus países "por cualquier medio necesario". "Háganlo con aviones, autobuses o como quieran", dijo. Además, amenazó con cerrar la frontera "permanentemente" si el Congreso no aprueba el presupuesto para construir el muro fronterizo.

Según el Ministerio del Interior de México, hay más de 8.000 migrantes centroamericanos en el país, la mayoría en Tijuana y Mexicali, porque los pasos fronterizos están más a mano.

La semana pasada, el alcalde de Tijuana, Juan Manuel Gastélum, declaró crisis humanitaria en la ciudad.

"Nosotros preparamos un refugio para recibir a 3.500 personas, pero hay 5.600 inmigrantes en el albergue habilitado. Tijuana no está preparada para esto porque no contamos con los recursos para hacer frente a una situación de esta naturaleza. Estamos muy preocupados porque hay hacinamiento en el refugio y eso genera enfermedades. Podría traer incluso el brote de una epidemia o una situación de seguridad, tanto para los inmigrantes como para los ciudadanos de Tijuana", señala a La Tercera Mario Osuna Jiménez, secretario de Desarrollo Social de esa ciudad.

Tras los hechos de violencia, México informó que deportó a 98 inmigrantes involucrados en los incidentes.

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