Futuro ministro de Defensa de Brasil: "Eso de que Bolsonaro es fascista es una campaña sórdida"

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Augusto Heleno marcha frente a tropas chilenas en Haití, durante una ceremonia en Puerto Príncipe en 2004.

En esta entrevista conjunta de La Tercera y Clarín, Augusto Heleno, el general en que más confía el Presidente electo sostiene que "la democracia nunca estuvo amenazada" y que la respuesta en seguridad será dura.


A su arribo al Hotel Windsor, en Barra de Tijuca, tras la victoria de Jair Bolsonaro, su imagen no calza con la fotografía del rudo militar con uniforme camuflado posando junto a un felino en la selva que se difundió en las últimas semanas cuando su nombre empezó a sonar para futuro ministro de Defensa. Al contrario, el general retirado Augusto Heleno Ribeiro Pereira ingresa de elegante traje y paso cansino al lobby y se da el tiempo para saludar cordialmente a todos quienes se acercan a felicitarlo. Según el diario Gazeta do Povo, Heleno es el general en quien Bolsonaro más confía. En su entorno dicen que es casi una "relación de padre e hijo".

Ambos se conocieron en los años 70 en la Academia Militar de Agujas Negras, en Resende (Río de Janeiro). En esa época, Bolsonaro era cadete y Heleno entrenaba al equipo de pentatlón. El exgeneral accedió a conversar con La Tercera y el diario argentino Clarín la noche en que los bolsonaristas celebraban el triunfo del "Mito".

¿Cómo ve el triunfo de Bolsonaro?

Para nosotros es la esperanza de un nuevo Brasil. Estamos saliendo de una situación muy difícil, donde tuvimos algunos gobiernos con poca atención a la gestión, con problemas muy serios de corrupción, de desvío de platas públicas y pensamos que ahora podemos inaugurar una nueva era en Brasil. No es fácil, Brasil tiene una situación difícil, pero creemos sinceramente que Bolsonaro va a cumplir sus promesas. Ese es nuestro pensamiento hoy. Estamos realmente motivados para eso, entonces vamos a buscar el cumplimiento de todas las promesas que fueron hechas durante la campaña.

¿Cómo visualiza la consolidación de la democracia y la relación con la oposición?

Yo creo que la democracia nunca estuvo amenazada. Esa es cosa de una parte de la prensa que ve en Bolsonaro cosas que él no es. Esa cosa de decir que Bolsonaro es fascista es una campaña sórdida, no tiene ningún apoyo, ningún fundamento. Y la verdad es que lo que buscamos a partir de hoy es una conciliación, una gran reunión de todos los brasileños para que esa búsqueda del futuro incluya a todos nosotros, no podemos hacer un gobierno para una parte del país y creo que Bolsonaro en su discurso como Presidente (electo) puso bien claro eso. Y va a buscar la conciliación, la comprensión, la unión de todos los brasileños, independiente de color, de religión, de todo eso. Entonces creo que esa es una de las misiones más nobles y más importantes a partir de hoy.

Existen algunas aprehensiones respecto a las medidas que Bolsonaro tomaría en relación a la seguridad pública, como las iniciativas que se han esbozado durante la campaña sobre reducir la mayoría de la edad penal o de darle inmunidad a los policías militares. ¿Cómo enfrenta esos cuestionamientos? ¿Va a ser tan duro el plan de seguridad pública?

El problema de la seguridad es que hoy se transformó no sólo en un problema de seguridad pública, sino de seguridad nacional. Entonces tiene que ser duro. No se puede enfrentar a organizaciones criminales con la mínima buena voluntad que tenemos con pequeños desvíos de conducta. Hay hoy bastantes intenciones de una parte de ese grupo criminal. Es muy serio, porque tenemos un problema de drogas, de tráfico de armas, de contrabando. Eso es muy serio para el país, muy serio para la economía y nuestra situación no es fácil, porque tenemos 17.000 km de frontera terrestre, más 11.000 km, más o menos, de frontera marítima. No es fácil monitorear eso, no se puede soportar más, tolerar más esa situación. Tenemos que cambiar eso.

En materia externa, ¿cómo ve usted que puede ser la política en relación a Venezuela? ¿Qué piensa el Ejército de si es posible una intervención militar conjunta con otros países?

Esa no es mi atribución. Y cualquier cosa que yo diga puede tener una repercusión muy grande. Ese es un problema del Presidente.

Pero filosóficamente, ¿cuál sería la posición del Ejército?

Ni filosóficamente ni prácticamente. Eso es un asunto muy serio y la decisión debe ser del ministro de Relaciones Exteriores y del Presidente.

¿Hay algún temor entre los militares de que se asocie mucho la imagen de la institución con el gobierno de Bolsonaro? ¿Que eventualmente se le puedan atribuir los errores de su gestión?

Jamás. Las instituciones militares brasileñas están completamente consolidadas, tienen una posición absolutamente apartidaria, apolítica y van a seguir así. Tengo certeza que no se van a mezclar con la política del gobierno. Vamos a seguir como estamos hace varias décadas con bastante éxito.

Una pregunta al margen. ¿Por qué habla tan buen español?

Yo viví en Paraguay dos años como instructor, entonces debía estudiar mucho castellano. Después fui para Haití (2004-2005) y casi todas mis tropas eran de origen sudamericano. Tenía a Guatemala, Chile, Argentina, Uruguay, Paraguay, Bolivia, mi Estado Mayor era una Torre de Babel.

Para el terremoto en Haití estaba a cargo el general Ricardo Toro, de Chile...

Sí, Toro. Su esposa murió durante el terremoto. Antes Toro era mi jefe de operaciones de mi Estado Mayor. Tuve dos chilenos como jefes de operaciones. El coronel García y el general Toro, que es muy amigo mío hasta hoy. Mi jefe en la misión era el embajador Juan Gabriel Valdés, con quien yo tengo una relación de amistad hasta hoy. Es fantástico.

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