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Golpe a la centroizquierda en Dinamarca: podría perder el control de Copenhague por primera vez

Las encuestas anticipan un histórico revés para los socialdemócratas de la primera ministra Mette Frederiksen en las elecciones locales de este martes, impulsado por la enorme preocupación de cómo resolver la escasez de viviendas. Así, Copenhague, bastión del partido por más de un siglo, podría cambiar de manos tras 122 años.

Mette Frederiksen, la actual primera ministra de Dinamarca. Foto: Archivo MICHELE TANTUSSI

Los socialdemócratas de la Primera Ministra danesa, Mette Frederiksen, se enfrentan a un posible terremoto político en las elecciones municipales y regionales que se celebran este martes en todo el país.

El epicentro de ese terremoto se situaría en Copenhague: la centroizquierda podría perder su control por primera vez en la historia electoral de la ciudad, ya que los residentes de la capital danesa acuden a las urnas en medio de una creciente desilusión con la política divisiva de Frederiksen, apunta el diario británico The Guardian.

Las encuestas sugieren que el resultado más probable es una derrota para la candidata del Partido Socialdemócrata de Frederiksen, la exministra de Infancia y Educación (2019-2022) Pernille Rosenkrantz-Theil, que, según se entiende, fue elegida personalmente por la Primera Ministra.

Los sondeos predicen una derrota aplastante en las mismas ciudades que antaño consolidaron el poder del partido. Pero la mayor humillación podría producirse en Copenhague, donde los socialdemócratas están a punto de perder el control del ayuntamiento por primera vez en 122 años.

La revuelta se origina en un problema urbano común: el precio desorbitado de la vivienda. Tras décadas de transformar Copenhague de un puerto humilde a una de las capitales más habitables -y caras- de Europa, el partido ahora paga las consecuencias de la prosperidad que ayudó a crear.

Bajo el lema "Una Copenhague asequible para todos“, la candidata a la alcaldía Line Barfod, de la Alianza Rojo-Verde de extrema izquierda, propone construir 41.000 nuevas viviendas para 2040. El plan es que la mitad sean viviendas públicas, el 25% viviendas cooperativas y el 25% viviendas ocupadas por sus propietarios.

Pero la vivienda no lo explica todo.

Descontento multifactorial

El control de los socialdemócratas sobre Copenhague se ha ido debilitando durante años, en parte como consecuencia de los problemas con sus líderes a nivel local. Como ministra de Asuntos Sociales y Vivienda entre 2022 y 2024, la candidata de los socialdemócratas ha tenido dificultades para desvincularse de su propia incapacidad para abordar la creciente crisis de la vivienda.

Tras pedir la construcción de más viviendas asequibles en Copenhague durante un debate electoral, Line Barfod, líder de la Alianza Rojo-Verde de extrema izquierda, acusó a Rosenkrantz-Theil de ignorar el problema durante su etapa en el gobierno nacional y de apresurarse a abordarlo “en la recta final de la campaña”.

Pero entre las demás razones citadas por los analistas se encuentran el cansancio y la frustración con las políticas de línea dura de Frederiksen en temas como la integración y la inmigración, que en parte han inspirado una nueva política de asilo y migración presentada por el gobierno británico.

Bent Winther, comentarista político del periódico danés Berlingske, describió la carrera por la alcaldía de Copenhague como “más abierta que nunca”, señalando: “Se oye el susurro de las alas de la historia acercándose al ayuntamiento”.

Las encuestas realizadas a principios de este mes por Megafon para TV2 mostraban a la Izquierda Verde (Socialistisk Folkeparti, conocido como SF), la Alianza Rojo-Verde (Enhedslisten) y la Alternativa (Alternativet) en condiciones de formar una mayoría de izquierda sin el apoyo de los socialdemócratas.

Si esto resulta ser cierto, entre los candidatos que se perfilan para convertirse en el próximo alcalde de Copenhague se encuentra Sisse Marie Welling, de la Izquierda Verde.

Una mujer pasa junto a una urbanización que figura en la "Lista de guetos" del gobierno danés, en Copenhague, Dinamarca, el 9 de mayo de 2018. Foto: Archivo

La candidata socialdemócrata, Pernille Rosenkrantz-Theil, es amiga de Frederiksen, con quien comparte la propiedad de una casa de verano.

Inclinación a la derecha

Karoline Lindgaard, candidata a la alcaldía por el partido verde Alternativa, declaró: “Los socialdemócratas se han desplazado políticamente hacia la derecha, convirtiéndose en un partido populista de derecha en temas como la integración, el apoyo al desempleo y el medio ambiente”.

“Esta fue una maniobra estratégica cínica para evitar perder votantes a favor de la extrema derecha, pero parece, según las encuestas, que lo único que han conseguido es preparar a sus propios votantes para unirse a la extrema derecha en lugar de permanecer con los socialdemócratas”.

Muchos habitantes de Copenhague, dijo, sentían que los socialdemócratas habían “defraudado a la ciudad”, citando la salida en 2020 del alcalde Frank Jensen, quien llevaba mucho tiempo en el cargo y renunció tras acusaciones de acoso sexual. Lindgaard añadió: “Están encaminados a agravar la crisis de la vivienda, a fracasar en los objetivos climáticos de la ciudad y a fomentar un paradigma urbano centrado en el automóvil”.

Peter Thisted Dinesen, profesor de ciencias políticas en la Universidad de Copenhague, afirmó al diario The Guardian que era “muy probable” que los socialdemócratas perdieran la capital, ya que su retórica antielitista podría haberlos alejado de muchos votantes en las grandes ciudades. En los últimos años, Frederiksen ha intentado contrarrestar la amenaza de la extrema derecha apelando al electorado de clase trabajadora en las zonas rurales.

El entonces alcalde de Copenhague, Frank Jensen, ofrece una conferencia de prensa en Islands Brygge en Copenhague, el 19 de octubre de 2020. Foto: Archivo RITZAU SCANPIX

Aunque variará en todo el país, Dinesen espera que la menguante popularidad del gobierno tenga un impacto más generalizado en los candidatos socialdemócratas. “Quizás exista cierto cansancio con el gobierno socialdemócrata”, dijo. “Cada vez se enfrentan más a la presión de otros partidos. En particular, el Partido Popular Danés ha endurecido notablemente su postura sobre inmigración y remigración”.

En el gobierno de la ciudad desde 1903

Los socialdemócratas han estado en el poder en Copenhague durante tanto tiempo que cuando tomaron el control de la ciudad por primera vez, en 1903, el actual edificio del ayuntamiento -un palacio neorrenacentista “custodiado” por osos de piedra y dragones de bronce- todavía estaba en construcción, recuerda el medio estadounidense Politico.

Durante el siglo XX los socialdemócratas representaron a los trabajadores manuales de la bulliciosa ciudad portuaria. Pero, anticipándose al declive de la actividad industrial en Copenhague, a finales de la década de 1990 el partido comenzó a centrarse en convertir la capital danesa en un atractivo polo de atracción para empresas globales, profesionales urbanos y estudiantes internacionales.

“Los socialdemócratas pueden atribuirse el mérito de haber transformado Copenhague de una ciudad sin inversiones a una ciudad modelo a nivel mundial, con una infraestructura eficiente, instituciones educativas sólidas, espacios verdes, la posibilidad de nadar en el puerto, una impresionante escena gastronómica y un alto nivel de seguridad”, afirmó el sociólogo y analista político Carsten Mai.

Pero esa metamorfosis ha venido acompañada de un aumento vertiginoso de los precios inmobiliarios, que ha expulsado a muchas familias de clase trabajadora de la ciudad y ha puesto en aprietos a las que se han quedado.

“El precio de un departamento promedio de 80 metros cuadrados, ocupado por sus propietarios, ha aumentado un 20% en el último año y un 29% en los últimos cuatro años”, afirmó Lise Nytoft Bergmann, economista jefe de vivienda de Nordea Credit. “El fuerte aumento de precios ha dificultado considerablemente que los jóvenes, las personas solteras y los hogares con bajos ingresos encuentren vivienda en Copenhague”.

Bent Winther, comentarista político de la empresa de medios Berlingske, señaló que la crisis de la vivienda había sido particularmente perjudicial para la base electoral de los socialdemócratas en la capital.

“El número total de trabajadores sindicalizados, obreros y del sector público que históricamente han votado por el partido ha disminuido en las últimas décadas”, dijo. “Los que quedan -personas que trabajan en hospitales, guarderías, etc.- ya no pueden permitirse vivir aquí”.

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