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Juan Guaidó: “Lamenté mucho ver a una candidata hablar de que Machado era una golpista”

En conversación telefónica con La Tercera desde Miami, donde se encuentra exiliado, el líder opositor venezolano analizó el impacto del Premio Nobel de la Paz obtenido por María Corina Machado y el crítico momento que enfrenta Nicolás Maduro.

Los líderes opositores venezolanos María Corina Machado y Juan Guaidó. Foto: Archivo

Enero de 2019 es una fecha central en la vida de Juan Guaidó. El día 5 de ese mes asumió la presidencia de la Asamblea Nacional, siendo el político más joven en ostentar ese cargo, y luego el 23 juró como presidente encargado de Venezuela. Medio centenar de países reconocieron su condición de jefe de Estado. Tras cuatro años y tres meses en el ojo del huracán, el líder opositor comenzó su exilio en Miami. “Tengo 70 horas o más de viaje. Estoy muy preocupado por mi familia y por mi equipo de trabajo, que ya han visto las consecuencias de una dictadura, torturados, perseguidos, y este momento amenazados directamente”, fueron sus primeras palabras a un grupo de periodistas que lo esperaba en el aeropuerto en esa oportunidad, luego de ser expulsado de Colombia.

Una odisea similar vivió en los últimos días la líder opositora María Corina Machado, quien abandonando una clandestinidad que se extendió por 11 meses, salió de Venezuela en una operación cinematográfica que la llevó hasta Oslo, la capital noruega, a la que arribó horas después de la ceremonia donde debía recibir el Premio Nobel de la Paz por su “incansable labor en la promoción de los derechos democráticos del pueblo venezolano y por su lucha por lograr una transición justa y pacífica de la dictadura a la democracia”, según justificó el Comité Noruego del Nobel.

El líder opositor venezolano Juan Guaidó habla durante una conferencia de prensa en Miami, Florida, el 27 de abril de 2023. Foto: Archivo MARCO BELLO

En conversación telefónica desde Miami, Guaidó entregó a La Tercera su análisis del impacto que el galardón de Machado tiene en el actual momento de Venezuela, cuando la Casa Blanca de Donald Trump aumenta cada día más la presión contra el régimen de Nicolás Maduro, en una escalada que muchos ven como una operación que finalmente buscaría sacar del poder al líder chavista.

¿Qué importancia le otorga usted al Nobel de la Paz que recibió Machado? ¿Cuánto aumenta la presión contra el régimen de Maduro?

La presión contra el régimen de Maduro tiene años, diplomática, política, incluso militar. Señalarlo como un narcotraficante, violador de derechos humanos, vinculado al terrorismo regional, dio un golpe de Estado en el 2024, robó una elección en el 2018. Es decir, ha venido escalando la presión sobre Nicolás Maduro. Y el Premio Nobel de la Paz otorgado a María Corina Machado viene de una manera a reconocer su valentía y coraje, pero también la lucha de resistencia y por la democracia de los venezolanos. Creo que el discurso del presidente del Comité Nobel, incluso, viene no solamente a caracterizar a una dictadura, sino a dar luces, insights, de lo que ha sido parte del proceso democrático venezolano. Lo difícil que ha sido instalar un proceso de negociación, no porque no hemos querido, sino porque la dictadura lo utiliza para burlarse, como se han burlado de las elecciones una y otra vez en el caso de Nicolás Maduro, la persecución, la tortura, la represión.

A propósito del Nobel a Machado, el analista internacional y escritor venezolano Moisés Naím dijo que “la amenaza más grande para la transición en Venezuela son las expectativas de la gente”. ¿Cómo lo ve usted?

Conozco mucho y le tengo un gran cariño y respeto a Moisés, pero haría una sutileza a la frase. El gran enemigo a la transición venezolana es la dictadura de Maduro, es la violencia, es la tortura, es la persecución. Sí hay una expectativa muy grande, y entiendo muy bien lo que dice Moisés y lo comparto, porque en ocasiones las expectativas generan frustración. Pero la expectativa de cada ciudadano, de cada venezolano es propia. Evidentemente, esto genera una expectativa colectiva, que sigue siendo la misma de hace muchos años para el venezolano: salir de la dictadura, regresar a Venezuela, vivir en democracia, reconstruir oportunidades. Entonces, esa expectativa hoy es de todos. Yo la comparto, por cierto. Lo que hay que trasladar al ciudadano es que el desenlace de este proceso no depende del Nobel, no depende de María Corina, no depende de una persona u otra. Depende de un proceso que hemos venido llevando en conjunto.

Trump ha reiterado que Maduro tiene sus “días contados”. Considerando el despliegue militar estadounidense en el Caribe, la advertencia de Washington de que la próxima fase sería una operación terrestre y la reciente incautación de un petrolero frente a las costas de Venezuela, ¿ve más cercana una acción militar?

Te agrego algo, la incursión de los F-18 en el Golfo de Venezuela, a la cual la dictadura de Maduro ni siquiera respondió. Y no respondió porque le tienen miedo a Trump. Maduro trata de hacer lobby, tiene intenciones constantes de dialogar, no para reconocer el resultado electoral del 28 de julio de 2024, sino para ganar tiempo, es decir, para distraer la opinión internacional, para burlarse de todos una vez más. Eso pasa con Maduro, porque es un cobarde, porque sabe que no tiene la capacidad para enfrentarse a Estados Unidos, no tiene las herramientas, no tiene siquiera el apoyo de su entorno para hacer eso. Ya no hay semántica que valga, ya no hay recovecos. Es Nicolás Maduro el jefe del Cartel de los Soles y obviamente en un entramado un poco más grande, que incluye a Diosdado Cabello, que incluye a los hermanos Rodríguez, entre otros. Entonces, si me preguntas a mí, Maduro se parece más a Saddam Hussein, a Soleimani, a Noriega, a Gaddafi, que a cualquier otro dictador que hayamos visto recientemente en la región. Así que yo supongo que sí, que Maduro debe estar muy preocupado y que tiene mucho miedo.

“Por supuesto que voy a regresar a Venezuela, sé los riesgos que estoy asumiendo”, dijo Machado a la BBC tras reaparecer en Oslo. A la luz de lo que ha pasado en el último tiempo con otros líderes opositores venezolanos que están en el exilio, ¿cuán posible es que ella pueda volver efectivamente a su país?

Con el respaldo suficiente de la comunidad internacional, y sé del que tiene ahí en Venezuela, es totalmente factible. Y te lo digo también con conocimiento de causa, lo hice dos veces. Yo hice una gira en el 2019 por Sudamérica y regresamos a Venezuela a mucho riesgo. Ojo, tuvo consecuencias. Mi jefe de despacho estuvo preso casi dos años, mi equipo de trabajo perseguido, mi familia detenida. Hice una segunda gira internacional que tuvo una parada incluso en el Salón Oval de la Casa Blanca, en el discurso del Estado de la Nación, en Canadá, con el primer ministro, en Francia, en Inglaterra, Davos, España. Es decir, es posible regresar. Sí lo es. Desafiando la dictadura hubo muchos riesgos. Pagamos esos tristes, lamentables y dolorosos costos de desafiar la dictadura. No solamente mi tío, no solamente mi jefe de despacho, no solamente mi equipo íntimo, no solamente mis asistentes fueron detenidos. Pero eso es lo que está pasando hoy en Venezuela. Es posible el regreso a casa con el apoyo de la comunidad internacional. Hay un apoyo manifiesto muy claro del pueblo de Venezuela, no solamente por la obvia derrota que le dimos a Maduro el año pasado, sino por el descontento que sigue creciendo. Y lo sé, de nuevo, porque lo hicimos dos veces, en el 2019 y en el 2020, hasta que ya fue muy complejo y me tocó el exilio en el 2023. Así que no debemos descartar en voz, insisto, y en dirección de María Corina, que esto pueda pasar muy pronto.

¿Cómo ve el rol que están jugando Rusia y China en cuanto al apoyo al régimen de Maduro tras el despliegue militar de Estados Unidos en el Caribe?

Si en algo es experto el Kremlin es en propaganda, en armamentizar el caos, entonces para ellos vincularse a este conflicto es parte de su agenda global. Lo han hecho en Siria, lo hacen en Ucrania con una invasión injusta. Es decir, esa es parte de la agenda geopolítica de Putin y del Kremlin. Ahora también sabemos lo que acaba de pasar con Siria y cómo, de alguna manera, abandonaron a Bashar al-Assad, hoy refugiado, por cierto, en Rusia. Supongo que con un piso bajo, porque en Rusia lanzan a la gente de las ventanas frecuentemente. También vemos su debilidad manifiesta con la invasión en Ucrania y la valentía que tiene el pueblo ucraniano en resistir esa invasión. Así que Maduro, si bien cuenta con el apoyo de Rusia, de China, de Irán, tiene unos aliados débiles en este momento. En el pasado, 2019 y 2020, Maduro utilizó a Rusia para saltar las sanciones y veíamos esta semana cómo incautaban un barco de petróleo con bandera rusa. Es decir, está más débil Maduro, está más débil Putin.

En las últimas semanas se ha hablado de la posibilidad de que Maduro obtenga asilo en otros países. De hecho, el gobierno colombiano ha sido uno de los últimos que ha ofrecido esta opción. ¿La posición venezolana estaría dispuesta a transar en eso y permitir que el líder chavista dejara el país con tal de entregar el poder?

Maduro hoy tiene deudas no solamente con la justicia venezolana, sino también con la justicia internacional. Es decir, Maduro no solamente es un criminal de lesa humanidad por crímenes en Venezuela, también está señalado por terrorismo y narcotráfico a nivel internacional. Es decir, la situación de Maduro es cada vez más precaria para él, todo es más difícil para él, y así lo hacen ver el Presidente de Estados Unidos, el secretario de Estado, las acusaciones internacionales. Ahora, el objetivo de los venezolanos es recuperar la democracia. Para eso tiene que salir Maduro. No hay un manual de cómo salir de Maduro. Ahora, si usted me pregunta cuál es la mejor manera, mira, si Maduro mañana le entrega la banda presidencial a Edmundo González Urrutia como corresponde o como correspondía ya hace un año, y se va voluntariamente, eso facilita una transición.

Juan Guaidó junto al presidente estadounidense Donald Trump en la Casa Blanca, el 5 de febrero de 2020. Foto: Leo Alvarez/Prensa Guaidó Leo Alvarez/Prensa Guaidó/dpa

Ahora, si Maduro se niega a eso, como se está negando en este momento, y como lo dijeron nuestros aliados, también hay alternativas. Es decir, se habla de ataques en contra del narcotráfico en tierra, se habla de que Maduro es la cabeza de ese proceso, se habla de la posibilidad de acciones, incluso de quiebre interno en Venezuela. Es decir, hay muchas alternativas. Pero todo pasa porque salga Maduro. Ahora, ojalá que él tenga una epifanía esta noche y mañana se levante y entienda el daño que les ha hecho a los venezolanos, al continente entero y se vaya. Pero si te soy sincero, yo creo que Maduro no tiene esa capacidad o a lo mejor no tiene él en su cabeza esa alternativa. El problema hoy, en ese caso, también es Maduro. No que si nosotros estamos dispuestos o no. Mañana me encantaría regresar a Venezuela a una transición ordenada, pacífica, que le entregaran la banda presidencial a Edmundo González Urrutia y que juramentara como presidente electo, que se revirtiera el proceso migratorio con todos los que queremos regresar a Venezuela. Pero eso hoy depende, insisto, de Maduro. Y voto incluso por lo que decía el Presidente Trump: si no es por las buenas, será por las malas.

María Corina Machado y Edmundo González se citan en Oslo para reafirmar su objetivo de trabajar por la "libertad" en Venezuela. Foto: Edmundo González/X EDMUNDO GONZÁLEZ/X

Considerando que este domingo se llevará a cabo la segunda vuelta presidencial en Chile, ¿qué espera del próximo gobierno que surja de las urnas en cuanto a la postura de nuestro país frente a la situación en Venezuela?

El acompañamiento a la democracia. Si mal no recuerdo, esta semana vi a una candidata hablar de que María Corina era una golpista o algo así. Lamenté mucho esa declaración, porque de nuevo es un ataque casi ad hominem, un ataque a la persona y no a la lucha del momento, a lo que implica la dictadura en Venezuela, lo que ustedes en Chile han visto con el Tren de Aragua, el descuartizamiento del teniente Ojeda, cómo señala directamente a Diosdado Cabello. Y eso es un ejemplo. Si eso pasa en Chile, se podrán imaginar lo que pasa en Venezuela. Pasa 100 veces más dramático. Entonces, ¿qué esperaría yo de los chilenos? Mira, lo que han demostrado en los últimos años, respeto a las instituciones, a la democracia, respaldo a la alternabilidad del poder, a la defensa de los derechos humanos. La Presidenta Michelle Bachelet fue alta comisionada de la ONU para los derechos humanos y señaló directamente a Maduro con todas las irregularidades en violaciones de derechos humanos.

El presidente venezolano, Nicolás Maduro, asiste a un mitin en Caracas, el 1 de diciembre de 2025. Foto: Xinhua Pedro MATTEY

Así que no solamente es lo que esperaría, sino lo que han hecho ya. La voz contundente del Presidente Boric, que me hubiese gustado que la acompañara con acción, por cierto. Pero bueno, me quedo por lo menos con la denuncia. Un presidente está llamado también a actuar. Denuncié también lo que sucedió con el viceministro de Seguridad cuando compartieron información con la policía en Venezuela y se termina descuartizando al teniente Ojeda. No estoy diciendo que haya conexión o causalidad directa, pero sí hubo ahí un intento de normalizar por parte de uno de los ministros en ese momento. Así que entender eso es importante, sobre todo para el nuevo gobierno, independientemente de lo que pase en las urnas. Y de nuevo, lamentar mucho ese ataque a María Corina, que hoy representa no solamente a los venezolanos, sino también es el emblema de paz del 2025 entregado por el Nobel.

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