La difícil ruta de la jefa de la CIA para ser ratificada tras críticas por torturas

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Gina Haspel a su arribo al Capitolio, en Washington, para una reunión con la senadora demócrata Dianne Feinstein.

Gina Haspel se enfrenta este martes al proceso de confirmación en el Senado que se vislumbra complicado. La agente es cuestionada por su presunta participación en las torturas cometidas tras los atentados del 11/S.


"Ella es una persona destacada a la que he llegado a conocer muy bien". Ese fue el breve comentario que Presidente Donald Trump hizo el pasado 13 de marzo ante la prensa en la Casa Blanca, cuando anunció la nominación de Gina Haspel como directora de la CIA. Estrella en ascenso, la veterana agente se transformaría -de ser confirmada por el Senado- en la primera mujer en dirigir la agencia de inteligencia. Pero un oscuro capítulo en su carrera comenzó a divulgarse en público, poniendo en duda su llegada al puesto de Mike Pompeo: su participación en un programa de torturas.

A casi dos meses de su nominación y a dos semanas de haber asumido la dirección de la CIA de manera interina , Haspel (61) se enfrenta este martes al proceso de confirmación en el Senado que se vislumbra complicado debido a las acusaciones en su contra. Y a la luz de los hechos, puede encontrar oposición de los demócratas, y también de algún republicano, lo que podría dificultar su ascenso dada la escasa mayoría oficialista en la Cámara Alta (51-49).

El tenso ambiente que enfrentará Haspel en el Congreso quedó de manifiesto en un artículo de The Washington Post, que el viernes especuló con que la agente estaría pensando en retirar su candidatura antes de la sesión ante la Comisión de Inteligencia del Senado para proteger su imagen y la de la CIA. Incluso, según el periódico, Haspel habría sido convocada ese mismo día a la Casa Blanca para abordar su historial en el programa clandestino de torturas, al que Barack Obama puso formalmente fin en 2009.

Pero hoy, ante la multitud de críticas recibidas por su presunta participación en las torturas cometidas tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, Trump salió a defender a su nominada a directora de la CIA.

"Mi muy respetada nominada para ser la directora de la CIA, Gina Haspel, ha sido criticada porque fue demasiado dura con los terroristas. ¡Gane Gina!", escribió Trump en su cuenta oficial de Twitter. Además, el Presidente aseguró que "en estos tiempos tan peligrosos", Estados Unidos tiene "a la persona más calificada, una mujer, a la que los demócratas quieren fuera porque es demasiado dura con el terrorismo".

Si bien el presidente de la comisión de Inteligencia del Senado, el republicano Richard Burr, ya anunció que apoyará el nombramiento de Haspel, diciendo que tiene "las habilidades, la experiencia y el juicio necesario para liderar una de las agencias más importantes del país", el senador demócrata Ron Wyden ha anunciado que se opondrá. "Sus antecedentes la hacen inadecuada para servir como directora de la CIA", dijo el martes.

Agente encubierto

Haspel se unió a la CIA en 1985 y ha servido en puestos en todo el mundo, pasando gran parte de su carrera como agente encubierta. Según The New York Times, la mujer participó en el programa de cárceles secretas a los que eran trasladados los sospechosos de terrorismo en los llamados "vuelos de la CIA". De acuerdo con el diario estadounidense, Haspel dirigió en Tailandia el primero de los centros clandestinos de detención conocidos como black sites que EE.UU. abrió en esa época.

Haspel estuvo presente en al menos dos interrogatorios en los que se utilizaron torturas, el de los presuntos miembros de Al Qaeda, Abu Zubaydah y Abd al-Rahim al-Nashiri, según se recogió en una investigación del Senado. Zubaydah, en 2002, "fue sometido al ahogo simulado (waterboarding) 83 veces en un solo mes, su cabeza repetidamente golpeada contra paredes, y soportó otros duros métodos antes de que los interrogadores decidieran que no tenía información útil que ofrecer", detalló el Times.

Las grabaciones de esos momentos se almacenaron en una caja fuerte en la estación de la CIA en Tailandia hasta 2005, cuando Haspel, que ya trabajaba en la sede central de la agencia en EE.UU., redactó un cable ordenando su destrucción, según The Washington Post.

Las acusaciones de tortura y la destrucción de los videos la atormentaron en 2013, cuando fue nombrada jefa interina del Servicio Clandestino Nacional de la CIA, pero fue reemplazada en pocas semanas.

Cuestionamientos que se repitieron en 2017, cuando fue designada como subdirectora de la CIA. En esa ocasión, Pompeo aseguró que "Gina es una funcionaria de inteligencia ejemplar, una patriota con más de 30 años de experiencia en la agencia. Es una líder probada". Pero meses después, en junio de 2017, el Centro Europeo para los Derechos Constitucionales y Humanos, un grupo de Berlín, pidió que Haspel fuera arrestada si ponía un pie en Europa y juzgada ante el Tribunal Penal Internacional por las torturas cometidas.

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