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Primera radiografía de la salud pospandémica: Las tasas de mortalidad disminuyen en todo el mundo, excepto entre los jóvenes

El informe, publicado en la revista The Lancet, llama la atención sobre el incremento de los decesos en la franja de edad de 20 a 39 años debido a suicidios y consumo de drogas, que el estudio describe como “muertes por desesperación”.

Un consumidor de drogas se inyecta una mezcla del opioide fentanilo y heroína en el Parque Richman (Echo) del Bronx, Nueva York, el 20 de julio de 2023. Foto: Archivo SHANNON STAPLETON

Cada vez vivimos más. Es la conclusión principal del último informe de la Carga Global de Enfermedades, que publicó este domingo la revista científica The Lancet, donde se hace el primer análisis del estado de salud del mundo después de la pandemia de Covid-19.

Las tasas de mortalidad mundial están disminuyendo, pero no entre los jóvenes y adultos jóvenes, según el último estudio del Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud (IHME) de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington sobre la Carga Global de Enfermedad (GBD), publicado en The Lancet y presentado en la Cumbre Mundial de la Salud en Berlín (Alemania).

La esperanza de vida al nacer en el mundo en 2023 era 20 años mayor que en 1950, por una reducción del 67% de la tasa de mortalidad, pero en jóvenes de Norteamérica, Latinoamérica y África subsahariana se manifiesta una crisis emergente de fallecimientos, señala el último estudio sobre la GBD presentado este domingo.

El informe se refiere a esa mejora en la esperanza de vida en 2023 en un mundo donde dos tercios de la mortalidad y morbilidad están ocasionados por enfermedades no transmisibles, con la cardiopatía isquémica, el accidente cerebrovascular y la diabetes a la cabeza.

“La esperanza de vida mundial volvió a los niveles anteriores a la pandemia de Covid-19, con 76,3 años para las mujeres y 71,5 para los hombres, más de 20 años que en 1950”, indica en un comunicado sobre el estudio el Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud (IHME), que responsabiliza a otras dolencias de la mayor parte de los fallecimientos.

Eso sí, este aumento en la esperanza de vida se produce con profundas desigualdades según el nivel socioeconómico de la zona: en los países del planeta con más ingresos, las mujeres mueren, de media, a los 80,5 años y los hombres a los 74,4 años, mientras que en África subsahariana, donde se concentra el 67% de quienes viven en pobreza extrema -según el Banco Mundial-, la edad media de los fallecimientos en mujeres está en 37,1 años y en varones en 34,8.

Pese a que el riesgo de muerte es menor en todo el mundo, también hay notas negativas. El informe revela que, entre 2011 y 2023, las muertes en jóvenes se incrementaron en algunas regiones como América del Norte y América Latina, sobre todo, debido a suicidios y consumo de drogas, en la franja de edad de 20 a 39 años. El estudio las describe como “muertes por desesperación”, una categoría que engloba al suicidio, a las sobredosis por drogas y al alcoholismo, problemas impulsados por factores económicos, sociales y psicológicos.

También hay una situación descrita como “crisis emergente” en esos sectores de la población (adolescentes y adultos jóvenes) por la alta tasa de mortalidad en el África subsahariana, debido a “enfermedades infecciosas y lesiones no intencionales”.

Durante el mismo período, las muertes en el grupo de edad de 5 a 19 años aumentaron en Europa del Este, América del Norte con altos ingresos y el Caribe.

La mortalidad en niños de 5 a 14 años en África subsahariana entre 1950 y 2021 fue mayor de lo estimado previamente, un aumento impulsado por las altas tasas de infecciones respiratorias y tuberculosis, otras enfermedades infecciosas y lesiones accidentales. Nuevos cálculos también muestran que la mortalidad en mujeres jóvenes de 15 a 29 años en África subsahariana fue un 61% mayor de lo estimado previamente, debido principalmente a la mortalidad materna, los accidentes de tránsito y la meningitis.

En cambio, el número de muertes infantiles disminuyó más que en cualquier otro grupo de edad. Entre 2011 y 2023, Asia Oriental registró la mayor disminución, del 68%, en la tasa de mortalidad en menores de 5 años gracias a una mejor nutrición, vacunas y sistemas de salud más sólidos.

Cambio en causas de muerte

Por otra parte, se confirma que las causas de muerte están cambiando de las enfermedades infecciosas a las no transmisibles (ENT), lo que genera nuevos desafíos para la salud mundial, en particular para los países de bajos ingresos.

“Las tasas de enfermedades no transmisibles están aumentando, especialmente en los países de ingresos bajos y medianos. La velocidad y la magnitud de esta transición epidemiológica de enfermedades infecciosas a enfermedades no transmisibles es motivo de preocupación urgente”, admite The Lancet en un editorial adjunto.

Tras ser la principal causa de muerte en 2021, el Covid-19 descendió al vigésimo puesto en 2023, situando de nuevo a la cardiopatía isquémica y el ictus en el primer puesto, seguidos de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, las infecciones de las vías respiratorias inferiores y los trastornos neonatales.

Desde 1990, las tasas de mortalidad por cardiopatía isquémica e ictus han disminuido, al igual que las enfermedades diarreicas, la tuberculosis, el cáncer de estómago y el sarampión. Por el contrario, durante el mismo período, la tasa de mortalidad aumentó por diabetes, enfermedad renal crónica, enfermedad de Alzheimer y VIH/sida.

Asimismo, se señala que las enfermedades no transmisibles causaron casi dos tercios del total mundial de muertes y discapacidades. Las tres principales causas fueron la cardiopatía isquémica, el accidente cerebrovascular y la diabetes.

La salud mental cobra, cada vez, más importancia. Los trastornos relacionados con ella aumentan de manera considerable. En concreto, los trastornos de ansiedad crecieron un 63% y los depresivos, un 26%.

El equipo del doctor Christopher Murray, director del IHME de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington, y su Red de Colaboradores GBD de 16.500 científicos e investigadores han recopilado y analizado datos que han producido estimaciones para 375 enfermedades y lesiones y 88 factores de riesgo por edad y sexo a nivel mundial, regional y nacional.

Este estudio se basa además en 204 países y territorios y 660 ubicaciones subnacionales de 1990 a 2023, lo que convierte al GBD en la investigación más completa que cuantifica la pérdida de salud.

“La evidencia presentada en el estudio es una llamada de atención, instando a los líderes gubernamentales y de atención médica a responder rápida y estratégicamente a las tendencias inquietantes que están remodelando las necesidades de salud pública”, reflexiona en un comunicado Christopher Murray, autor de la investigación.

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