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Sanae Takaichi, la baterista y seguidora de Iron Maiden y Thatcher que se convirtió en la primera líder mujer de Japón

Siguiendo los pasos de la Dama de Hierro, la nueva primera ministra nipona, conocida por su línea política conservadora, prometió “trabajar sin descanso”, pero a algunos les preocupa que mantenga políticas que han frenado el avance de las mujeres.

Sanae Takaichi, la baterista y seguidora de Iron Maiden y Margaret Thatcher que se convirtió en la primera líder mujer de Japón. Foto: Archivo

La conservadora de línea dura Sanae Takaichi fue elegida el martes por el Parlamento como la primera mujer Primera Ministra de Japón, emulando a su heroína, la fallecida líder británica Margaret Thatcher, después de unas semanas torbellino de disputas políticas.

Después de haber ganado una carrera solo entre hombres para ser elegida como líder por su gobernante Partido Liberal Democrático (PLD) el 5 de octubre, Takaichi tuvo que luchar por conseguir apoyo después de que el socio de coalición más moderado de su partido abandonara su alianza de 26 años.

Acólita del asesinado premier Shinzo Abe y admiradora de Margaret Thatcher, su victoria marca un momento crucial para un país donde los hombres todavía tienen una influencia abrumadora. Japón ha tenido gobernantes a lo largo de su historia imperial, con distintos grados de poder. Pero la última mujer que ostentó el trono del Crisantemo de Japón fue Gosakuramachi, quien reinó a finales del siglo XVIII.

Sanae Takaichi es vista durante la elección presidencial del gobernante Partido Liberal Democrático (PLD) de Japón, en la sede del PLD, en Tokio, el 4 de octubre de 2025. Foto: Xinhua Yue Chenxing

Con su llegada al cargo, Japón tendrá un primer caballero, el diputado Taku Yamamoto, marido de Takaichi y quien cambió de apellido en 2021 tras volverse a casar con la líder del PLD. Tras su derrota en las anteriores primarias -en las que Shigeru Ishiba se alzó victorioso-, Yamamoto cedió su campaña para las elecciones generales y la utilizó para mostrar su apoyo a las políticas propuestas por Takaichi.

Fan de Margaret Thatcher

Takaichi, exministra de Seguridad Económica y del Interior, se ha referido repetidamente a Thatcher como una fuente de inspiración, citando su fuerte carácter y convicciones junto con su “calidez femenina”.

Dijo que conoció a la conservadora Thatcher, una figura divisiva en la política británica conocida como “la Dama de Hierro”, en un simposio poco antes de su muerte en 2013.

Al igual que Thatcher, el origen relativamente humilde de Takaichi (su madre era policía y su padre trabajaba en una empresa automovilística) destaca en un partido en el que muchos dirigentes provienen de familias políticas de élite.

Pero a diferencia de Thatcher, conocida por sus estrictas políticas presupuestarias, Takaichi es una defensora de la generosidad fiscal y de políticas monetarias laxas que han sacudido la confianza de los inversores en la cuarta economía más grande del mundo.

Sanae Takaichi posa con Margaret Thatcher, su modelo a seguir desde hace mucho tiempo, el año 1997. Foto: Archivo

Fanática del heavy metal

Takaichi, baterista y fanática del heavy metal -idolatra a grupos como Iron Maiden y Deep Purple-, no es ajena a crear ruido. Es una visitante habitual del santuario Yasukuni, que rinde homenaje a los caídos en la guerra de Japón (incluidos algunos criminales de guerra ejecutados) y es considerado por algunos vecinos asiáticos como un símbolo de su militarismo pasado.

También está a favor de revisar la Constitución pacifista de posguerra de Japón, y sugirió este año que el país podría formar una “alianza de cuasi seguridad” con Taiwán, la isla gobernada democráticamente que China reclama como parte de su territorio.

Aunque Takaichi se ha comprometido a aumentar el número de ministras en su gabinete, un área en la que Japón se ha quedado atrás de sus pares del G7, las encuestas muestran que sus posiciones conservadoras coinciden más con los hombres que con las mujeres.

Se opone al matrimonio entre personas del mismo sexo y a permitir que las parejas casadas tengan apellidos separados, una cuestión que cuenta con un amplio apoyo público en Japón, pero que enfrenta una firme oposición dentro de los círculos conservadores.

Su ascenso en la política

La primera ministra Takaichi habló al principio de su carrera sobre el aislamiento que a veces sentía como mujer en la política.

En un libro de 1995, escrito dos años después de ser elegida por primera vez para el Parlamento por la prefectura de Nara, en el oeste de Japón, recordó que se sentía excluida cuando sus colegas masculinos celebraban reuniones nocturnas en clubes y saunas. “Últimamente, simplemente me he dado por vencida y he comenzado a seguirlos sin importar a dónde vayan”, escribió.

Ella comentó que anhelaba el día en que las mujeres en la política pudieran ser ellas mismas. “Llegará una verdadera era para las mujeres cuando surjan muchas políticas que no sean ni el tipo de mascota que explota excesivamente su feminidad, ni el tipo de tipo duro que descarta excesivamente su feminidad”, señaló.

Takaichi ha cultivado la imagen de una trabajadora incansable, en particular al declarar que renunciaría a su equilibrio entre vida laboral y personal para “trabajar, trabajar, trabajar y trabajar”.

Sin embargo, sus críticos afirmaron que esta postura podría ser problemática de transmitir a la sociedad japonesa, dado que la cultura del exceso de trabajo en el mundo empresarial y político japonés, que incluye largas jornadas y socialización nocturna, impide las oportunidades de ascenso de las mujeres, quienes también asumen la mayor parte de las responsabilidades domésticas y del cuidado de los hijos.

¿Promoverá los derechos de las mujeres?

Takaichi, de 64 años, es una figura divisiva en Japón, y su decisión de romper el techo de cristal ha suscitado diversas reacciones. Sus partidarios la han aclamado como una pionera que conoce de primera mano los desafíos de la cultura japonesa, dominada por los hombres. Activistas y académicos han expresado su preocupación por la posibilidad de que siga apoyando políticas que han frenado el progreso de las mujeres japonesas.

Sus rivales políticos la han acusado de ser una marioneta de los hombres de su partido; un legislador la describió recientemente como una novia que se había casado con un miembro de una facción política poderosa.

Pero muchas mujeres japonesas dicen que esperan que Takaichi ayude a normalizar la imagen de mujeres líderes fuertes y use su plataforma para impulsar políticas favorables a la familia, como ampliar el acceso a guarderías.

“Esta es una primicia en Japón”, dijo a The New York Times Hikari Minagawa, de 19 años, estudiante de primer año en la Universidad Femenina de Otsuma en Tokio. “Quiero que Takaichi facilite el acceso de las mujeres a la política y a la representación política. Creo que podrá lograrlo si las mujeres entran con confianza en el mundo político. Takaichi es fuerte. Es una mujer tranquila”.

Gabinete liderado por hombres

Takaichi hizo historia el martes al convertirse en la primera mujer Primera Ministra de Japón. Sin embargo, horas después de ser elegida por los diputados quedó claro que la subrepresentación femenina en la clase política del país persistiría al nombrar solo a dos mujeres para su gabinete.

Sanae Takaichi (C) se levanta para aceptar una ronda de aplausos después de ganar la votación de designación como Primera Ministra en la Cámara de Representantes en Tokio, Japón, el 21 de octubre de 2025. Foto: Xinhua Jia Haocheng

Takaichi contaba con un grupo comparativamente pequeño de diputadas para designar su gabinete. Si bien en las elecciones a la Cámara Baja del año pasado se eligió un récord de 73 mujeres, estas representan solo el 15,7% de los 465 diputados de la cámara.

La nueva premier había prometido niveles de representación femenina en su gobierno comparables a los de Islandia, Finlandia y Noruega. Satsuki Katayama, quien se convirtió en la primera mujer en ocupar el cargo de ministra de Finanzas, fue acompañada por Kimi Onoda como ministra de Seguridad Económica en el gabinete de 19 miembros de Takaichi.

Seis de los 11 miembros del gabinete de Islandia son mujeres, incluida la Primera Ministra, Kristrún Frostadóttir, y en Finlandia las mujeres ocupan 11 de los 19 puestos del gabinete. El predecesor inmediato de Takaichi, Shigeru Ishiba, nombró a dos mujeres para su gabinete, pero el récord es de cinco, bajo el predecesor de Ishiba, Fumio Kishida.

Takaichi, una ultraconservadora cuyo Partido Liberal Democrático (PLD) ha formado una coalición con un partido minoritario que comparte su enfoque agresivo sobre la defensa y sus opiniones revisionistas sobre la historia de los tiempos de guerra, ha dicho que quiere crear conciencia sobre la salud de las mujeres y ha hablado sobre su propia experiencia con la menopausia.

Pero, al igual que su heroína política Thatcher, Takaichi se guiará por el conservadurismo social que la convirtió en la opción popular entre los parlamentarios y los miembros de base de la derecha del PLD cuando se postuló para el liderazgo del partido este mes.

También se opone a las peticiones de cambios en las leyes de sucesión para permitir que las mujeres de la casa imperial, que tiene pocos herederos varones, se conviertan en emperatrices reinantes. Se ha pronunciado contra la discriminación hacia la comunidad LGBTQ+, pero se opone al matrimonio entre personas del mismo sexo.

Sin embargo, dijo que está a favor de dar incentivos fiscales a las empresas que proporcionen servicios de cuidado infantil a sus empleados y posibles exenciones fiscales al gasto familiar en cuidado infantil.

Según el índice de brecha de género 2025 del Foro Económico Mundial, Japón ocupa el puesto 118 entre 148 países, el más bajo entre los países del G7. Las mujeres ocupan solo alrededor del 16% de los escaños en la Cámara Baja y el 26% en la Cámara Alta, lo que convierte a Japón en uno de los países desarrollados con menor representación política femenina.

En el mundo empresarial, la tasa de participación femenina en la fuerza laboral japonesa supera la de muchas otras economías avanzadas, incluyendo Estados Unidos. Sin embargo, un número significativo de mujeres ocupa puestos de nivel relativamente bajo. Más de la mitad de las empresas japonesas cuentan con un equipo ejecutivo compuesto exclusivamente por hombres, según una encuesta reciente a más de 20.000 empresas niponas, compilada por el proveedor de datos Teikoku Databank.

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