Por Juan Manuel OjedaChevesich versus Repetto: la disputa por el recambio en la Suprema en medio de la crisis más dura del Poder Judicial
El pleno del máximo tribunal atraviesa días de tensión. Los casos de corrupción que golpean a jueces tienen a los supremos fracturados. En ese contexto, este lunes votarán para elegir a la próxima presidenta del órgano que se ubica en la cúspide de la judicatura. Así es como se están moviendo los apoyos entre los magistrados y el trasfondo de una dura disputa voto a voto.

La mañana del viernes los ministros de la Corte Suprema, poco antes de los plenos que han empezado a realizar terminando la semana, participaron de una ceremonia de reconocimiento a la trayectoria de mujeres en las altas cortes, que incluyó, entre otras, a la exministra Rosa María Maggi. La magistrada, que se jubiló en 2021, culminó su carrera pasando por uno de los momentos más complejos de la judicatura de los últimos seis años.
En 2019 tuvo que ser la ministra instructora de lo que ese año se conoció como “el desastre de Rancagua”, un caso de corrupción que golpeó al Poder Judicial y terminó con la carrera de tres ministros de la Corte de Apelaciones de Rancagua: Emilio Elgueta, Marcelo Albornoz y Marcelo Vásquez.
Maggi lideró ese sumario con severidad y aplicó las máximas sanciones a los magistrados. Ese caso terminó con el suicidio de uno de ellos y la remoción de Elgueta y Vásquez.
La determinación con la que Maggi enfrentó ese sumario a varios judiciales les recuerda la mano dura con la que el presidente de la Suprema, el ministro Ricardo Blanco, ha intentado responder a la crisis desatada por los chats de Luis Hermosilla. Una embestida sin piedad impulsada por Blanco, pero con el respaldo estratégico de la ministra Gloria Ana Chevesich, quien ha sido una de las ministras más duras en los plenos al momento de tomar decisiones vinculadas a la mala conducta de supremos o ministros de corte.
Por eso, durante el homenaje a Maggi para varios supremos no fue extraño que la exmagistrada, de manera sorpresiva, en sus palabras diera un mensaje en un momento clave para el máximo tribunal. “La verdad es que han sido demasiados los halagos y el orgullo que me llena con motivo de esta ceremonia, y estas palabras que ha dicho nuestra futura presidenta de la Corte Suprema, espero...”, dijo ante el público presente y el pleno de ministros, haciendo referencia a las palabras de Chevesich que precedieron su alocución.
Si bien Maggi lleva varios años fuera de la judicatura y pertenece a una generación que ya perdió el control del máximo tribunal, su comentario resonó en un pleno que, debido a la crisis, presenta una dura fractura entre sus integrantes debido a la forma en como se han enfrentado los procesos disciplinarios con los que se ha procesado a los supremos y jueces de corte que se han visto salpicados por casos de corrupción.
El trasfondo de la elección
En la Corte Suprema existe una tradición que, hasta ahora, siempre se ha respetado: la presidencia del máximo tribunal la asume el ministro más antiguo. Así se ha hecho siempre, salvo algunas excepciones. Por ejemplo, cuando al exministro Patricio Valdés le tocaba presidir, estaba muy próximo a la edad de jubilación, por lo que declinó asumir el cargo y la posta cayó en manos del segundo más antiguo de ese momento: el exsupremo Haroldo Brito.
En 2019 hubo un intento por romper esta tradición. Ese año el exministro Lamberto Cisternas envió una carta al pleno anunciando sus intenciones de competir contra el exministro Guillermo Silva -el más antiguo ese año- por la presidencia del máximo tribunal. Esa aventura finalmente terminó en un fracaso. Cisternas solo tuvo su voto y el de la exministra Ángela Vivanco.
En el pleno del lunes, según fuentes judiciales, ocurrirá algo parecido a lo de 2019, pero al menos hasta el viernes la competencia pintaba para ser mucho más reñida de lo que fue con Cisternas.
Esto, debido a que la ministra María Angélica Repetto tiene deseos de competirle a Chevesich, la magistrada que por antigüedad debería presidir el máximo tribunal en el bienio 2026-2027.
De esta manera el lunes, luego del trabajo de sala, el pleno se reunirá para abrir los fuegos y dar paso a la elección. La cita va a coincidir con otro hito relevante. A las 14 horas, probablemente a la misma hora en que esté ocurriendo la votación en el máximo tribunal, la Cámara comenzará el debate para votar la admisibilidad de la acusación constitucional contra el suspendido supremo Diego Simpertegui.
La coincidencia no es menor. Fuentes judiciales comentan que Simpertegui fue uno de los artífices del plan para que Repetto le compita a Chevesich. La idea, sin embargo, se le truncó a mitad de camino, debido a que la trama bielorrusa lo arrastró al mismo caso de corrupción que investiga la Fiscalía y que tiene como imputados a Mario Vargas, Eduardo Lagos, Gonzalo Migueles y Ángela Vivanco.
Por lo mismo, la carta de Repetto, entre los judiciales, se ha interpretado como una reacción de un ala del pleno de la Suprema que no está conforme con la manera en como el máximo tribunal ha reaccionado a la crisis que atraviesa.

Más aún por el hecho de ser reaccionarios y sensibles a cada publicación de prensa o cuestionamientos externos a la judicatura. También son varios los que creen que el Poder Judicial ha sido constantemente blanco de críticas injustas y es hora de que a quien le toque presidir sea capaz de ponerles coto a esos dardos. Por lo mismo, el ascenso de Chevesich es visto como una amenaza por algunos ministros que aún podrían verse envueltos en casos de corrupción o de mala conducta.
Chevesich no esconde su intención de limpiar el Poder Judicial y seguir la misma línea que ha tenido Blanco. Sus pares lo saben, porque la han escuchado en los plenos las veces en que se han tenido que tomar decisiones complejas, como activar la extinta Comisión de Ética -que ella misma integró-, abrir sumarios o decidir la remoción de magistrados.
Y el mismo talante con que en 2003 se hizo conocida en el caso MOP-Gate, y por el que se ganó la chapa de “jueza de hierro”, es el que ha tenido al momento de juzgar a sus pares, lo que ha generado fricciones con más de alguno de ellos. De hecho, su determinación a avanzar con dureza en los procesos disciplinarios la hizo distanciarse de uno de los ministros que históricamente ha sido su aliado desde tiempos de la Corte de Santiago: el supremo Mauricio Silva.
Para una buena parte de los judiciales la posibilidad de renovación del Poder Judicial va ligado a la opción de que Chevesich logre la presidencia. Si bien algunos jueces la critican porque le falta calle -ha hecho toda su carrera judicial en el Palacio de Tribunales-, quienes la apoyan comentan que ha recorrido todos los tribunales del país debido a los proyectos que le ha tocado dirigir en la judicatura.
Disputa voto a voto
Hasta el viernes, según fuentes judiciales consultadas por La Tercera, la disputa iba voto a voto. La Primera Sala, la que ve causas civiles y que integra Repetto, tal como ha sido la costumbre de este grupo, actuaría en bloque. Eso implica que los cinco votos de aquí se irían para Repetto, lo que incluye, además, las preferencias de Arturo Prado, el ministro Silva, Mario Carroza y María Soledad Melo.
En la Segunda Sala los apoyos son divididos. Los ministros Leopoldo Llanos y Manuel Valderrama se inclinarán por Chevesich. En tanto, las dos mujeres de la sala -las ministras María Teresa Letelier y María Cristina Gajardo- optarían por Reppeto.
En la Tercera Sala el asunto se complica más. Si bien la decisión será tomada el lunes, fuentes de la Suprema comentan que los dos ministros más nuevos se irán por Chevesich. Ese es el caso de Omar Astudillo y Gonzalo Ruz. Este último, de hecho, es el más nuevo y, a su vez, corresponde a uno de los cupos externos, por lo que es poco probable que siendo un recién llegado a la Suprema opte por romper con la tradición.
La ministra Adelita Ravanales, en tanto, respaldaría la opción de Repetto. Simpertegui, que integra esta sala, habría votado también por Repetto, pero no podrá hacerlo, porque está suspendido debido al sumario que lleva adelante el fiscal judicial Jorge Pizarro.
El ministro Matus es una incógnita. Fuentes de la Suprema comentan que muy en su estilo, no ha dado muchas pistas. Sin embargo, puede que también opte por sumarse al peso de la tradición de la primera antigüedad.
En la Cuarta Sala, Chevesich suma un buen bolsón de votos. Aquí logra los respaldos de su gran aliada, la ministra Andrea Muñoz, y también el de las magistradas Jessica González y Mireya López. A todos ellos, Chevesich suma, además, el apoyo del presidente Blanco.
Toda la votación ocurrirá sin orden ya que se hace en cédula manuscrita y de forma simultánea. Por eso dependiendo de los ministros que están en duda, Chevesich lograría un triunfo de entre nueve o 10 votos a su favor, versus ocho preferencias para Repetto.
Esto al menos con el estado de la situación hasta el viernes, ya que las mismas fuentes comentan que el fin de semana las preferencias podrían cambiar o que en el debate inicial del pleno se podría dar vuelta el tablero. Incluso, comentan algunos, podría darse de que en ese mismo pleno Repetto opte por no competir.
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