Pasadas las 00.30 horas de la madrugada de este viernes aterrizó en Chile el vuelo que, desde Estados Unidos, trajo de vuelta al país a los 45 connacionales deportados por el gobierno norteamericano, algunos por encontrarse en situación irregular y otros detenidos hace algunos meses.

De esos 45, según fuentes de La Tercera, 35 tenían antecedentes penales por diferentes delitos. Los otros 10 no tienen ningún tipo de antecedente delictual, pero la decisión del gobierno, por ahora, es mantener “hermético” el listado de nombres.

A pesar de aquello, el ministro del Interior, Álvaro Elizalde afirmó que los deportados fueron expulsados por “distintos” motivos, pero que “no se da el detalle por parte de la autoridad de Estados Unidos, pero en algunos casos se trata de personas que habrían infringido la ley y en otros casos que habrían infringido la normativa migratoria, y particularmente que habrían tenido una sobreestadía”.

Además de eso, la autoridad de gobierno señaló que es “altamente probable que se sigan produciendo” expulsiones, “porque esto forma parte de una nueva política que está siendo impulsada por la actual administración encabezada por el Presidente Donald Trump”.

Según explicaron desde la cartera de Interior, el retorno se coordinó con las autoridades de EE.UU., además de involucrar a instituciones chilenas como el Registro Civil o Cancillería, desde donde dicen que han estado “en coordinación con las autoridades pertinentes, tanto de Estados Unidos como de Chile, para establecer los nexos que permitieron facilitar el regreso de connacionales deportados desde dicho país, de acuerdo a los protocolos establecidos en este tipo de casos”.

Y así, una vez en Chile a todos los deportados se les hizo el control migratorio como a cualquier persona que ingresa al país, encontrando a sujetos con causas pendientes y órdenes de detención vigentes.

Los detenidos

De las 45 personas expulsadas, hay tres que la noche de este jueves no salieron del aeropuerto ya que fueron detenidos. Los sujetos, quienes fueron apresados por la PDI, pasarán a control de detención este viernes, en diferentes horarios y tribunales, en el Centro de Justicia.

El primero de ellos, y el con mayores antecedentes, es Rodrigo Ignacio Rivera Lienan (23), hombre que salió en noviembre de 2021 desde Chile y que tenía tres órdenes de detención pendientes por tráfico en pequeñas cantidades, además de otras dos causas por robo con violencia.

El segundo sujeto es Mauricio Jesús Fuentes Jiménez (34), quien salió del país en 2022. En este caso el detenido había sido condenado por tráfico ilícito de drogas, causa en la que se le condenó a libertad vigilada, pero no continuó el proceso ni pagó las multas por aquello. Por lo mismo, el 9.° Juzgado de Garantía de Santiago emitió una orden de detención para que comparezca. Además, tiene otra orden por conducción en estado de ebriedad.

El tercer sujeto detenido se trata de Franco Luciano Guzmán Encina (22), quien fue detenido por tener un requerimiento por el delito de hurto simple. Este hombre salió del país en mayo de 2022.

Guzmán y Rivera pasarán a control de detención por parte de la Fiscalía Metropolitana Oriente, mientras que Fuentes por la Fiscalía Metropolitana Occidente.

El exchico “Rojo”

Dentro del grupo de 45 también estaba Yerko Aliaga, bailarín y exintegrante del programa “Rojo”. “El trato que te dan es pésimo, tirados en el suelo de una sala que le llaman la hielera, a 12 grados, sin colchonetas, sin frazadas ni nada. Éramos más de 30 personas en una sala que es para nueve”, dijo a su llegada, sumando que dentro del grupo “hay gente que hace las cosas bien y tiene que someterse a cosas que son totalmente denigrantes. Vienen muchos compatriotas que lo están pasando mal”. Él, dijo, fue detenido mientras manejaba. “Si eres latino, te hacen el control y ahí directo al centro”.

Y es que la llegada a Chile sirvió como descargo de algunos de los deportados o sus familiares.

Otra de las deportadas es Natalia Gallardo, detenida en un club nocturno clandestino en Colorado. El padre de ella, David Gallardo, aseveró en el aeropuerto que su hija está “disminuida físicamente como persona, moralmente y el abrazo que le di fue muy significativo para un padre que está viviendo lo que estábamos viviendo, la angustia”.

Otro de los deportados reconoció abiertamente: “Yo estaba haciendo cosas ilegales, no miento, pero nos trataron como perros".

Mientras, Ángel Espinoza, detenido trabajando en una granja en Arkansas, aseveró a Meganoticias que “tenía permiso laboral, pero me trataron como ilegal. Me trasladaron a cuatro cárceles en tres meses”.