El 16 de octubre de 2012 fue la última vez que Bolivia pudo ganar en un encuentro oficial. Fue en La Paz, ante Uruguay, en una jornada camino al Mundial de Brasil 2014 que acabó 4-1. Desde esa fecha hasta hoy, los altiplánicos sólo cosechan un triunfo más, cuando vencieron 2-1 a Haití, en 2013, en un amistoso jugado en Santa Cruz.

Los datos sirven para explicar la profunda crisis en la que está sumergido el próximo rival de Chile, mundialista en 1930, 1950 y 1994, además de ganador de la Copa América de 1963. Luego de la salida de Xabier Azkargorta, quien complementó funciones con Bolívar, Mauricio Soria tomó el desafío y, para variar, sufrió una nueva caída con su país en la visita a Brasil.

El pleito, disputado el viernes en Cuiabá, enfrentó al plantel que jugará ante la Roja en Coquimbo y al combinado Sub 21 de la Canarinha. ¿El resultado? Fue un 3-1 rotundo que dejó sin mayores chances a la escuadra verde, a pesar de que el conjunto local está buscando alternativas para los Juegos Olímpicos.

El único tanto del elenco de Soria fue obra de un nacionalizado, más encima: el argentino Damián Lizio, quien fue uno de los buenos aportes de Bolívar en la última Copa Libertadores y que actualmente defiende a O'Higgins de Rancagua.

En un principio, Soria dirigirá por estos dos encuentros y su futuro es incierto. Lo único claro es que Claudio Vivas, quien fracasó en la Sub 20 de Chile, es un candidato fuerte a relevarlo.