Tres historias paralelas, que se conectan en una única y brutal secuencia es la estructura para este nuevo drama policial de Antoine Fuqua, director de Día de entrenamiento. Ahora, sin embargo, la cohesión y el ritmo interno del filme es menor que en el otro filme. El escenario es un Brooklyn empobrecido y lleno de drogas, por los que tres policías peregrinan en búsqueda de un sentido y una salida a sus vidas. Ethan Hawke es Sal, buen policía y hombre de familia que ha cruzado el umbral de la legalidad debido a problemas de dinero. Don Cheadle es Tango, un oficial que trabaja encubierto y que ve con desesperación que cada día su "cubierta" crece más y más. Richard Gere es Eddie, a quien le queda su última semana antes de pasar a retiro. Aunque la cinta posee momentos vibrantes y un escenario atractivo, le cuesta congeniar las tres historias, lo que se traduce en una línea plana y a ratos desarticulada, creando un filme que parece más una búsqueda de revivir lo logrado en Día de entrenamiento que una película original.