Dirigente social boliviano: "Evo Morales ha perdido el contacto con el pueblo"

Oscar Olivera lideró en 2000 las protestas contra la privatización del agua que impulsó la carrera política de Morales. Hoy acusa al mandatario de traicionar sus ideales.




Su pelea "ya no es mediática. Está muy en la base, muy abajo, ni siquiera en la calle, diría que en la chacra, en un huerto escolar a 50 kilómetros" de la ciudad, allí donde "las luchas urbanas han dejado de existir". Lo explica, convencido de su importancia, Oscar Olivera, una de las voces y caras más visibles de la llamada "guerra por el agua de Cochabamba", de la que se acaban de cumplir 15 años. Una revolución ciudadana que sacó a la transnacional Bechtel de Bolivia. La manifestación marcó un antes y un después. Aquellos días de protesta fueron el inicio del espaldarazo definitivo que impulsó a Evo Morales a un poder en el que sigue instalado.

En varias ocasiones ha afirmado que el partido de Evo Morales (Movimiento Al Socialismo) ha traicionado sus ideales, ¿por qué?

Al gobierno ahora no le interesa la lucha del agua porque no tiene plata detrás, le interesa la industria extractiva. Y lo más grave de este gobierno no es que establezca un modelo económico extractivista, lo más grave es que ha desmantelado las organizaciones sociales autónomas, hasta convertirlas en espacios de propaganda política partidaria del gobierno. Organizaciones como la Coordinadora del Agua, que fueron la base social para que Morales sea presidente, fueron destruidas, tentadas por el gobierno para que muchos de sus referentes sociales sean funcionarios públicos. Los que quedamos en la misma acera, los que no cambiamos, somos calumniados, estigmatizados, criminalizados, amenazados, agredidos. Se ha generado una especie de desconfianza en la misma población. Para nosotros, en 2000, la pelea no era por elevar nuestro nivel de consumo, sino para que la gente pudiera, desde abajo, tomar decisiones y establecer colectivamente un rumbo, dar un contenido a su vida, que decidan cómo quieren llevarla. Y otra vez hoy desde el Estado nos han expropiado la política, la democracia, nuestra voz, nuestra capacidad de decidir y construir.

¿Cuál es la actual situación en el país de los derechos del agua? 

Se ha avanzado muy poco (en ese tema), si bien tampoco hay que desconocer que las empresas públicas han hecho un esfuerzo, particularmente a exigencia de la población, para extender redes de agua. El agua llega a más gente.

Más allá del agua, ¿cuál es la fortaleza del Ejecutivo de Morales?

La gente votó por Evo Morales y va a seguir apoyando a este gobierno porque hay una especie de estabilidad económica, basada fundamentalmente en el dinero del gas y del petróleo, también de los minerales. Se nota que se está consumiendo y eso es lo que le importa a la gente hoy. Y al gobierno le interesa porque está en el poder. Evo Morales ha perdido el contacto con el pueblo; el vínculo que tiene con él es a través de gente absolutamente servil.

¿Qué responsabilidad tiene el 'pueblo'?

Nos han expropiado la política y nosotros nos hemos dejado. No quiero echar sólo la culpa al gobierno, porque muchos de los compañeros con los que luché se han cambiado de vereda y ahora están muy bien. Mientras, la mayoría de la gente, hoy desorganizada, está viviendo como antes, en las angustias que siempre tuvieron.

¿Tiene esperanza en el futuro de Bolivia?

Sabemos y conocemos cómo echar a un gobierno, a una dictadura militar o civil. Sabemos y podemos. Y lo vamos a hacer seguramente, cuando el tiempo lo disponga y la gente esté decidida. Lo grave es reconstituir y reconstruir ese tejido social; eso exige años, esfuerzos, sacrificios, sangre.

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