El cara a cara de los twitteros más populares de Chile
140 SCL se llamó el encuentro que reunió a desconocidos con miles de seguidores y famosas figuras de la política y la farándula fanáticas de la red social. Todos juntos y revueltos por primera vez.

@Twiterillo se fotografía con fomosas estrellas de la farándula que nunca soñó conocer, como Vivi Kreutzberger y Soledad Onetto, mientras @elpulento se las arregla para pasar desapercibido entre la muchedumbre twittera que, curiosa, no para de preguntar: "¿Alguien ha visto al Pulento?". Más oculto todavía, @elquenoaporta conversa con otros @twitteros -todos de rostro anónimo hasta ese entonces- en una de las terrazas del piso 31 del edificio Telefónica.
Son casi las 8 de la noche y la azotea del emblemático edificio santiaguino casi no da abasto para recibir a los 140 twitteros "más influyentes" de la internet criolla, que se dan cita para el primer evento que en el país reúne a los fanáticos del "pajarito" de los 140 caracteres, ya sea por su intrínseca fama, por su abrumador número de seguidores, porque organizaron el evento o porque, siendo autoridades, se han sumado con devoto entusiasmo al furor despertado por esta adictiva herramienta tecnológica.
Es que, según confiesan los mismos twitteros que por primera vez dan a conocer su rostro durante el evento, en promedio, la mayoría llega a postear entre 80 y 100 "twitts" al día. Toda una odisea si consideramos que les demanda estar prácticamente todo el día conectados a través de sus notebooks o smartphones, con los consiguientes conflictos con novias, esposas, pololas, trabajos y estudios. Todo sea por Twitter, dicen, pero ahora, que han alcanzado el "Olimpo tecnológico" y están "rasguñando la fama" codo a codo con noteros y estrellas de la TV, parece que todo el sacrificio de andar el día pensando "frases ocurrentes" valió la pena.
El evento, organizado por Betzaeta, Movistar y Sony Ericsson, despertó polémica desde el principio, por el tono un tanto "ególatra" de la convocatoria, en opinión de los que no fueron convocados claro. "Esto genera una elite a la cual invitan, una turba a la cual dice que merece ir, y otros que sólo quieren comer gratis", twitteaba un iracundo usuario en el grupo de discusión creado para el magno evento. Tanto así que Oliver Flogel, Ceo del grupo de Telefónica en Chile, contaba que dicho grupo, #140, había sido mencionado 2,2 millones de veces en el portal.
Lo cierto es que a las 8 y media de la noche no cabía un alfiler en el piso 31. Ena von Baer con su Blackberry, muy correcta, explicaba que Twitter le permitía tener un canal distinto de comunicación como vocera de Gobierno, mientras Felipe Morandé se lamentaba de que antes de ser ministro podía decir lo que quería por Twitter, en tanto que Felipe Kast, muy breve, decía que así "se podía hablar más corto". Nadie quería dar la lata, aunque las cámaras y los flashes apuntaban sin descanso a figuras de la política y la TV. Nicolás Copano, quien se ha jactado públicamente de ser influyente por su más de 65 mil seguidores, parecía una estrella inalcanzable haciendo notas y twitteando tras un computador. Otros famosos como Matías del Río, Paloma Baytelman, Nelson Avila y Leo Prieto, se fotografiaban con @Pedro @Juan y @Diego, haciendo gala de su liderazgo.
Pero los grandes protagonistas fueron "los influyentes" desconocidos. @Twiterillo, por ejemplo, bajito, de frondosas cejas y con un maletín de mano del que no se despegó en toda la noche, parecía un artista fotografiándose con una larga fila de admiradoras. No por nada tiene más de 11.200 seguidores. Tiene 26 años, estudia informática y se declara computín. Dice que no se dio cuenta cuando su lista de seguidores se empezó a multiplicar: "Se empieza a formar un efecto de bola de nieve", explica. Dice que nunca se consideró influyente, hasta que de CNN lo contactaron para una entrevista y ahí se empezó a creer el cuento. Hoy twittea entre 50 y 80 veces diarias. La mayoría de estos "influyentes" desconocidos no lleva más de un año en la red social del momento y todos reconocen que fue después del terremoto que el interés se multiplicó en el país.
Más arrastre todavía tiene @elpulento, estudiante de publicidad de apenas 21 años. Su foto en Twitter es la de Jesucristo y sus ácidos comentarios lo hacen popular entre sus más de 17 mil seguidores. Se pasea con otros amigos de su edad entre el público y asegura que "no se cree el cuento", "que le da risa" y que para él todo esto "no es más que un juego".
Pero sin duda uno de los más enigmáticos es @elquenoaporta. Como si fuese un superhéroe citadino, insiste en mantener en secreto su identidad y se mantiene oculto en un rincón de la terraza. Cuesta encontrarlo, todos saben quién es, pero nadie lo conoce. Al fin con él, cuenta que trabaja en un colegio y explica que allí nadie sabe su verdadera identidad, salvo un colega que le cuida las espaldas.
Con 31 años, casado y dos hijos, dice que llega a twittear hasta 100 veces al día y que se nutre de la actualidad y titulares de los diarios para reírse de todo. Confiesa que ha tenido problemas con su señora, porque hasta ve televisión twitteando. Tiene 8.600 seguidores y la lista va creciendo.
Una fiesta rara para una persona común: todos se pasean con sus costosos smtarphones en mano como si fuesen sus compañeras de bailes, se ríen, se fotografían y twittean, para ver luego lo que han escrito en las pantallas dispuestas en el evento. Pasa de la medianoche y los pájaros nocturnos se resisten a emprender el vuelo, hay un halo de orgullo en el ambiente por haber sido considerados influyentes y haber estado en esta, la primera gran fiesta VIP de la twittosfera chilena.
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