Es el lugar "cool", de las visitas famosas y de los personajes sociales y ABC1 del espectáculo. En el Hotel W Leonor Varela, la actriz chilena en Hollywood, demostró que es bastante mala para las fiestas, y el día de la inauguración del lugar, llegó al festejo temprano y ya pasada la medianoche partía a su habitación. Sin poder creer que hubiese tanta decoración y tanto ambiente aquí como en Nueva York. Igual de contenta se fue Beyoncé, la diva negra, la cantante de Baby boy que antes de llegar había solicitado presupuestos para salir en helicóptero a dar una vuelta a Viña del Mar, o para dar un paseo en bicicleta. Pero finalmente no hizo nada.

Guardó los corset de Thierry Mugler puntiagudos, brillantes y ceñidos de su recital y se fue con una tenida más casual hasta el piso 21. El piso con vista a todo Santiago, con piscina y donde Beyoncé, tomó sol, compartió y siguió soñando con esa fama que ya la tiene en el top.

Julio Bocca dejó su pasado de bailarín clásico y se dejó llevar hasta las notas más altas del rock retorciéndose como un adolescente en la apertura del W. Y esa misma noche, más bien de madrugada, más bien a las cinco de la mañana, Juanito Yarur, el joven que usa chaquetas de brillantes y camisas de Yohji Yamamoto terminó bailando arriba de las mesas del bar Whiskey Blue. Estaba por salir el sol cuando Juanito y un par de amigos perdieron el pudor sobre la mesa de centro para zapatear y seguir el ritmo del Dj. Yarur es como si viviera en el hotel. Hace fiestas con amigos como la actriz Catalina Guerra. Pasa el Año Nuevo saltando con Lady GaGa. Se va para allá si es que le duele una pierna, por ejemplo, o si es que le cortan la luz en la casa.

Ricardo Arjona estaba en su salsa en el gimnasio. Con sus tenidas de basquetbolista guatemalteco, se subía a las máquinas. Ejercitaba. Pedaleaba. Hacía tiburones. Pero después del Festival de Viña pasó susto. Terminó de cantar en la Quinta Vergara. Se fue al hotel de Isidora Goyenechea. Su guardia venía bajando en el ascensor cuando llegó el terremoto. Arjona estaba en la suite de tres dólares. Y terminó la madrugada junto con los demás pasajeros. Evacuados y tomando el frescor matinal en la Plaza Perú.

Y uno de los momentos que los asiduos al hotel "cool" recuerdan fue la noche de Francisco Melo en el desfile de modas de Paco Rabanne. El desgarbado actor de TVN fue contratado como maniquí principal. El hombre apareció en la pasarela tieso como tabla. Con la mirada escondida por sus anteojos oscuros, para pasear un pantalón que casi le quedaba corto y convertido en un divo. Ni siquiera los zapatos ultra puntiagudos de un par de editores de modas pudieron robarle las cámaras ni los flashes en el lugar donde los famosos se sienten bien.