Lanzarote: Ideal para época de Navidad

Un destino que se recomienda especialmente en estas fechas para que pueda pensar, relajarse pero sobre todo disfrutar de hermosos paisajes.




Lanzarote es una isla del archipiélago canario en España, ubicada en el Océano Atlántico, frente a las costas del sur de Marruecos, posee una increíble riqueza natural y casi la mitad de su superficie está clasificada como espacio protegido, por criterios estatales y continentales.

La Unesco la declaró Reserva de la Biosfera en 1993, convirtiéndola en la segunda de su tipo en Canarias. Fue una declaración emblemática, que incluyó a los pueblos de la isla, abarcando el territorio en su conjunto.

En la isla encontrará muchos hoteles y residencias que contienen vista a la playa, piscinas, toboganes, pistas de tenis, voleibol, pool, ping pong, discoteques y un amplio programa de entretenimientos.

Un viaje a Lanzarote es una escapada para disfrutar de las playas y el sol, además, de que ofrece la posibilidad de visitar un sitio donde la naturaleza es la reina.

La isla cuenta con numerosos senderos y rutas para descubrirla. Una vez allá lo más fácil es tomar algún tour de los que ofrecen, tanto en los hoteles como en los sitios especializados. La otra alternativa es tomar la mochila, harta agua y salir a caminar.

HISTORIA
En 1966, el artista lanzaroteño César Manrique regresa de su estancia en Nueva York y se instala en Lanzarote, donde pone en marcha ideas que la isla se transformaría en un destino turístico respetuoso con su paisaje e identidad cultural.

De esta manera, cuando el turismo era aun una actividad naciente, la isla supo dotarse de una red de centros en los que arte y naturaleza se fusionaban para seducir al visitante extranjero. Todo esto generó entre los lanzaroteños una conciencia ambiental que hizo merecedora a la isla del título de Reserva de la Biosfera.

Otro punto fundamental en las últimas décadas es la rápida decadencia del sector pesquero que, a principios de los años 70, era fundamental en la economía de la isla, pasando a un plano muy secundario.

Desde mediados de la década de los 70 se aprecia la paulatina caída de los sectores primarios tradicionales de la economía insular, dejando paso a la hegemonía del turismo y las actividades asociadas a él: construcción, comercio, hostelería, etc.

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