Una puerta grande y pesada. Es la que todos los días, un poco después de despertar a las 4 de la mañana, abre Haruki Murakami: "Tengo que cruzar hacia 'otra pieza'", revelaba hace poco. Era una metáfora y tenía sentido: el escritor japonés pareciera que fuera a otra dimensión a buscar el material de su escritura. Al menos, se aplica bien para 1Q84, su descabellada y misteriosa última novela: una historia de amor amenazada por las inquietantes redes de una secta religiosa en el Tokio de los 80.

Enorme, la novela fue divida por Murakami en tres partes. En mayo pasado, los tomos I y II de 1Q84 llegaron a Chile en un solo volumen: más de 700 páginas laberínticas que cerraban justo cuando el lector empezaba a comprender algo. Los fans locales respondieron y, pese a que su valor supera los $ 25 mil, el libro pasó un mes en el ranking de los más vendidos. Pues ahora llega el final: este fin de semana, en el último de la Feria del Libro, arriba el tomo III de 1Q84, donde concluye la historia de Aomame y Tengo.

Final detectivesco

Atorado en el tráfico de Tokio, Murakami se preguntó si dejaba su auto y se iba caminando por una salida lateral ¿podría cambiar su vida? "Ese fue el punto de comienzo de 1Q84. De inmediato lo imaginé como un libro grande, ambicioso", le dijo Murakami a The Guardian, recordando el origen de la novela, que le llevó tres años escribir y que homenajea a 1984, la famosa distopía de George Orwell.

En el tomo I y II, Murakami nos cuenta alternadamente las vidas de Aomame y Tengo, dos solitarios conectados. Ella esconde una identidad como asesina de hombres que abusan de mujeres; él es un profesor de matemáticas que, secretamente, se encarga de editar una rarísima novela llamada La crisálida del aire. En medio de ambos, y quizás de todo Japón, está Vanguardia, una secta religiosa alguna vez políticamente revolucionaria, hoy misteriosamente cerrada al mundo.

La parte III de 1Q84 retoma a Aomame y Tengo en momentos en que empiezan a buscarse. También los busca Vanguardia: ella ha cometido un asesinato que hace tambalear a la secta, mientras Tengo es buscado por su labor en La crisálida del aire, novela que cuenta secretos del grupo. Entonces entra en escena Ushikawa, un amargo detective privado que sigue a la pareja, a pedido de Vanguardia.

En el final de 1Q84, Murakami tiene un desafío: atar los miles de cabos sueltos que dejó en los anteriores volúmenes. A su favor, Aomame y Tengo viven en un Tokio que no se rige bajo las reglas de la lógica clásica.