Mural de Tamayo no cumple con las expectativas en subasta
<p>En US$ 6,8 millones se vendió América, pese a que las predicciones eran más optimistas y situaban su valor en una cifra cercana a los US$ 9 millones.</p>

El mural titulado América, del artista mexicano Rufino Tamayo (1899-1991), no cumplió hoy las expectativas en la venta de arte latinoamericano organizada por Sotheby's en Nueva York, que la adjudicó en 6,8 millones de dólares.
La firma esperaba obtener entre siete y nueve millones de dólares por esa obra, toda vez que "Tamayo está muy bien cotizado en el mercado y sus precios en años recientes han ido extremadamente bien", dijo la experta de la casa de subastas Marysol Nieves.
La expectativa, incluso, llevaba a suponer que el mural rompería el récord para el artista, alcanzado el pasado mayo en Christie's cuando la pintura Trovador se vendió por 7,2 millones de dólares.
Las ventas de arte, cuya temporada de otoño en Nueva York comenzó la pasada semana en las dos principales casas de subastas, Christie's y Sotheby's, con piezas impresionistas y contemporáneas, continuarán durante todo noviembre.
Hasta ahora dichas piezas han registrado de manera general precios inferiores a los estimados, lo que ha sido atribuido, según los expertos, a que la crisis económica afecta también a los que invierten en obras de arte.
El mural de Tamayo, que simboliza la riqueza y abundancia cultural y económica del continente, fue un encargo que el banco Southwest de Houston (Texas) hizo al artista en 1955.
Es también uno de los cinco murales que el mexicano pintó durante su vida y el único que se encontraba en manos privadas, aunque ha estado expuesto en régimen de préstamo en el Museo de Arte de Dallas desde hace 15 años.
Dada su ubicación original en la ciudad texana de Houston, la "puerta" entre Estados Unidos y México, Tamayo aprovechó la oportunidad de describir el continente americano y su riqueza natural.
De este modo, una figura abstracta femenina que simboliza América se reclina sobre un escenario lleno de símbolos de la cultura mexicana, como la serpiente de Quetzalcoatl y un soldado de piel oscura, que refleja la convergencia del país.
La segunda obra de Tamayo en la subasta, un autorretrato pintado en 1931, se retiró de la venta al no alcanzar las pujas los 400.000 dólares, el mínimo estimado por los expertos.
Igual suerte corrió la obra sin título de Leonora Carrington (1917), un paisaje campestre protagonizado por conejos que no superó los 150.000 dólares, cuando la casa de subasta había previsto alcanzar entre 175.000 y 225.000 dólares.
Planta Insumisa, la pintura en forma ovalada creada en 1961 por la artista española nacionalizada mexicana Remedios Varo (1908-1963), se adjudicó por 1,2 millones de dólares, en el margen estimado por los expertos de entre 1 y 1,5 millones de dólares.
El cuadro abstracto Doble Emplazamiento, del pintor argentino Jorge de la Vega (1930-1971), también se vendió dentro de los precios previstos por la casa de subastas por 270.000 dólares.
Con la obra principal del uruguayo Joaquín Torres García (1874-1949),Constructif avec Rythme Dentelé, ocurrió lo contrario, ya que se la llevó un comprador 700.000 dólares, cuando su precio estimado de venta oscilaba entre los 800.000 y 1.200.000 dólares.
Uno de las pocas piezas que se adjudicó por un precio superior al previsto por los expertos fue Coracão Faquir1, del artista conceptual brasileño Cildo Meireles (1948), una obra moderna en forma de corazón que se vendió por 160.000 dólares, 10.000 dólares más del precio máximo estimado por Sotheby's.
Sobre la crisis económica, Nieves subrayó que precisamente ahora "es un momento ideal para invertir en coleccionismo para el comprador sabio que disponga de los recursos, porque se pueden conseguir obras de muy alta calidad a buen precio".
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