Neonazis suecos podrían ser cerebros del robo de letrero de Auschwitz

Según un diario, el propósito era revender el letrero para financiar una serie de atentados en el país.




El robo de la inscripción "Arbeit macht frei" ("El trabajo os libera"), en el acceso al antiguo campo de concentración nazi de Auschwitz, podría haberse producido por encargo de neonazis suecos, según medios escandinavos.

Los servicios secretos suecos siguen la pista de un grupo de neonazis, que presuntamente pretendían perpetrar varios atentados contra el Parlamento y dependencias gubernamentales, así como el domicilio del primer ministro, Fredick Reinfeld, informa el diario sueco "Aftonbladet".

Tales informaciones no han sido por el momento confirmadas por fuentes oficiales suecas, pero según ese periódico el propósito de los neonazis era revender el letrero para financiar así la logística necesaria para esos ataques.

Por parte de Polonia sólo se ha admitido oficialmente que los investigadores del caso pidieron ayer la cooperación de Estocolmo en busca de pistas sobre los inductores del robo del letrero, ocurrido el 18 de diciembre.

Según la televisión pública polaca TVP1, fuentes judiciales siguen asimismo la pista de un presunto grupo o líder neonazi escandinavo.

Hasta ahora, las autoridades de Cracovia (oeste de Polonia) sólo han admitido que los instigadores del robo, perpetrado por cinco polacos que fueron detenidos tres días después de sustraer el letrero, procedían del extranjero, concretamente de un país europeo.

Los cinco presuntos autores materiales del robo, un empresario de la región y sus cuatro supuestos cómplices, ingresaron en prisión provisional poco después de su detención, tras lo cual se recuperó la pieza, que habían ocultado en un bosque.

A los cinco ladrones se les acusa de crimen organizado, robo y daños en el patrimonio universal de la UNESCO, puesto que tras apropiarse de la inscripción la rompieron en tres partes para facilitar su transporte y ocultación.

Desde el principio se partió de la base de que los autores eran delincuentes comunes, que pretendían vender la reliquia del Holocausto y obtener hasta 150.000 euros.

La recuperación del letrero fue posible gracias a la colaboración ciudadana, ya que los investigadores recibieron más de un centenar de informaciones que ayudaron a localizar a los ladrones.

El robo causó gran revuelo internacional y puso en entredicho la vigilancia de los servicios de seguridad polacos, mientras que desde Israel y Alemania se expresó la conmoción de la comunidad judía por la aparente desidia que facilitó la sustracción.

El letrero de "Arbeit macht frei", forjado en metal por uno de los presos de Auschwitz por orden de los nazis, es un símbolo del cinismo y la barbarie del Holocausto.

Auschwitz, en la Polonia ocupada, fue el más mortífero campo de exterminio nazi durante la Segunda Guerra Mundial, con más de un millón de asesinados, en su mayoría judíos.

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