Nuevo estudio fósil sugiere que morsa asesina gigante sólo comía peces
Vivió en el Pacífico Norte hace 15 millones de años y llegó a pesar 350 kilos.

La morsa asesina que aterrorizaba el Pacífico Norte hace 15 millones de años puede no haber sido un voraz depredador como se pensaba.
Nuevos análisis de evidencia fósil muestran que era más un ávido devorador de peces que un cazador con una mordedura aplastante.
Las huellas de la morsa del Mioceno medio, llamada Pelagiarctos thomasi, se encontraron por primera vez en 1980 en el lecho óseo de Sharktooth Hill, en California. Un trozo de una mandíbula y afilados dientes, parecidos a los de las hienas, llevaron a los investigadores a creer que la morsa desgarraba aves y otros mamíferos marinos, además de los peces que las morsas comen hoy.
Sin embargo, una mandíbula inferior completa y dientes de la especie desaparecida fueron descubiertos recientemente en la Topanga Canyon Formation, cerca de Los Ángeles. Los científicos señalan que la forma de los dientes de este nuevo espécimen hacen poco probable que la morsa se alimentara de grandes presas. En su lugar, piensan que fue un depredador generalista, que se alimentaba de peces, invertebrados y ocasionalmente de animales de sangre caliente.
Al estimar el tamaño del cuerpo en función del tamaño de la mandíbula, Boessenecker y Morgan Churchill, de la Universidad de Wyoming, descubrieron que los Pelagiarctos eran bastante grandes -de unos 350 kilogramos, peso similar al de los actuales leones marinos-, aunque el gran tamaño corporal no indicaría que la especie era un depredador dominante.
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