Histórico

Padres británicos piden restaurar castigo corporal en escuelas

Según señalan, sería la única forma de recobrar la autoridad de profesores y adultos en los establecimientos educacionales.

La mitad de los padres británicos están a favor de restablecer el "caning" en las escuelas -la práctica del castigo corporal de dickensiana memoria- para reponer la autoridad y el orden, un viejo tema que divide nuevamente a la sociedad del Reino Unido. 

La mayoría de los padres consultados en un sondeo de YouGov para el Times Educational Supplement, para quienes las escuelas británicas están en crisis, admiten sin embargo que debería tratarse de una medida extrema para poner a raya a los alumnos de "cero en conducta".

Además del "caning" o el "smacking" (un simple coscorrón),  el 75 por ciento de los padres son favorables a las suspensiones, la expulsión, el aislamiento y el viejo método de  hacer escribir al niño terrible de turno renglones y más renglones relativos a su mal comportamiento. 

Más curioso todavía es que un quinto de los estudiantes de secundaria en Gran Bretaña sean favorables a correr el riesgo de restablecer los castigos corporales en la escuela. 

Los golpes -impartidos por los celadores y, en algunas  escuelas privadas, por los prefectos, es decir alumnos con  autoridad sobre sus compañeros, como mostró una célebre escena  de la película "If"- fueron abolidos en 1986 por un solo voto en la Cámara de los Comunes.

En esa oportunidad la "dama de hierro" Margaret Thatcher, que estaba en un almuerzo con Nancy Reagan, llegó tarde al recinto y su demora le impidió votar en contra de la medida.

La prohibición, sin embargo, incluía solo a las escuelas públicas: los institutos privados como Eton, donde hasta 1970  os niños castigados debían bajarse los pantalones y la ropa interior, se sumaron solo tres años más tarde.

Según una antigua investigación de Stopp, la asociación de  los docentes contrarios a los castigos corporales, a comienzos de los años 80 se golpeaba un niño cada 20 segundos.  

Tras la intervención de la Corte Europea de los Derechos  Humanos el "caning" tuvo menos aplicación, pero no desapareció  del todo.

"El problema es que la autoridad de los adultos está en crisis en muchas escuelas", comentó el ministro de Educación,  Michael Gove.

También Michael Wilshaw, presidente de la famosa Mossbourne Community Academy de Hackney, al este de Londres, dijo al Daily  Telegraph que sus profesores "pasan igual tiempo tratando de mantener la disciplina que enseñando". 

Hasta tal punto, subrayó, que si una docente joven e inexperta llega a una clase insubordinada "corre el riesgo de  ser víctima de bullying y desalentarse al punto de abandonar la profesión".

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