Río 2016: más que Juegos

La máxima cita del deporte pone a prueba a Brasil, en medio de una severa crisis económica, social y política del país.




En Río 2016 serán muchos los desafíos que enfrentará Brasil como país, pero también habrá varios puntos que particularizan la máxima cita del deporte, que hoy tendrá su presentación oficial con la ceremonia de apertura. Un acto que se anuncia austero, pero simbólico, acorde con los días convulsionados de la nación anfitriona.

Crisis socioeconómica y política

En 2009, cuando Río se adjudicó la sede de los JJ.OO., la economía brasileña estaba en un punto alto, cercano al potencial que exhibían otras naciones emergentes, como India o China. Ahora, el contraste es radical: en 2015, Brasil se contrajo en 3,8% y en 2016, ya cayó 5,4%. El real perdió 46% respecto del dólar, la inflación anual está en 8% y el desempleo en 11,3%. Por eso, no es extraño que millones de personas hayan protestado contra la realización de los Juegos, así como ocurrió antes y durante el Mundial 2014. La debacle es además institucional, con corrupción en todos los niveles (y la caída de la Presidenta Dilma Rousseff), lo que genera dudas sobre si fue razonable invertir US$ 11.818 millones, de acuerdo con la informado ayer por Eduardo Paes, alcalde de la ciudad, quien dijo que la cifra es 30% inferior a lo presupuestado y que el sector privado aportó 43%.

Seguridad absoluta

Los problemas de delincuencia que enfrenta Río han puesto a la seguridad en primer plano, además de la indesmentible e internacional amenaza terrorista, por lo que el gobierno local ha destinado 88 mil policías, guardias y militares para mantener el orden. De ellos, 41 mil son miembros de las fuerzas armadas. Las medidas son tan estrictas, que a los tiradores olímpicos se les requisan sus armas al llegar y sólo se les entregan días después en los polígonos. Hay, además, una preocupación especial por las decenas de puntos turísticos de la ciudad, con énfasis en el Corcovado y el Pan de Azúcar.

El debut de Sudamérica

La situación compleja que enfrenta el país se produce justamente en el debut de Sudamérica como anfitriona de los JJ.OO. La ocasión en que el subcontinente había estado más cerca de obtener la sede fue en 1949, cuando Buenos Aires perdió 21-20 en la votación que le entregó el honor a Melbourne.

Guerra fría en el S. XXI

La mezcla de olimpismo y geopolítica no es nada nuevo; tuvo sus puntos cruciales en Moscú 1980 y Los Ángeles 1984, con boicots de uno y otro lado a partir de la invasión soviética de Afganistán. Hoy, la tensión entre ambos países se ha expresado en los conflictos en Ucrania y la Guerra Civil de Siria. "El movimiento olímpico, que juega un gran papel unificador para la humanidad, se encuentra de nuevo al borde de la división", dijo el presidente Vladimir Putin en junio último, a raíz de la petición de la Usada (agencia estadounidense antidopaje) de excluir completamente a Rusia de Río 2016.

Dopaje indesmentible

El 18 de julio pasado fue presentado el informe McLaren (realizado por la Agencia Mundial Antidopaje), que develaba el dopaje sistemático en Rusia y el apoyo que esta mala práctica recibía desde las instancias estatales. Consecuencia de eso, fueron suspendidas las federaciones de atletismo y halterofilia de ese país, además de variados casos individuales. Así, hasta ayer eran 116 los impedidos de competir.

China, la nueva potencia

La República Popular China participa en los Juegos desde Los Ángeles 84 (antes lo hizo sólo en Helsinki 52) y ha estado consistentemente entre los cuatro primeros del medallero (salvo en Seúl), con el primer lugar en Beijing 2008 y el segundo en Atenas 2004 y Londres 2012 como puntos máximos. Sus puntos fuertes son saltos ornamentales, gimnasia, halterofilia, tenis de mesa, tiro y bádminton. Obviamente, su explosión ha coincidido con el desarrollo económico (su PIB se sextuplicó entre 1980 y 2000) y el apoyo estatal a sus deportistas (no exentos de sospechas de dopaje).

Las figuras a seguir

Varias son las opciones para elegir atracciones individuales, pero dos destacan: Usain Bolt y Michael Phelps. El jamaicano busca agregar tres oros más a los seis que ha cosechado (en 100 m, 200 m y posta corta), mientras que el Tiburón de Baltimore quiere convertirse en el primer mayor de 30 años en ganar una prueba olímpica individual (suma 18 medallas doradas, en un total de 22). En damas, resalta Serena Williams, ganadora en Londres 2012 y quien, con 22 Grand Slam en su poder, acaba de igualar la estadística de Steffi Graf.

Los refugiados


Los conflictos internacionales recientes han sido tan numerosos como sangrientos. Thomas Bach, el presidente del COI, siempre ha sostenido que nadie debe quedar sin participar debido a problemas políticos. Él lo vivió, luego de ganar oro en Montreal '76, en florete por equipos y no poder asistir a Moscú '80 por el boicot occidental. Así, para Río 2016 creó un equipo de refugiados compuesto por 10 deportistas, provenientes de Siria, República Democrática del Congo, Sudán del Sur y Etiopía.

Tecnología

Dispositivos que definirán de manera milimétrica quién gana una competencia y recorridos en 360 grados a través de internet son algunas de las innovaciones que habrá en Río, donde la organización ha tenido que desplegar 12 mil computadores en las 22 sedes olímpicas, además de 250 servidores, 15 mil teléfonos fijos, 20 mil celulares y 15 mil radios.

Televisión


A nivel de transmisión televisiva se espera que la ceremonia inaugural iguale la cifra de sintonía récord (tres mil millones) de Beijing 2008, aunque en aquella ocasión pesó muchísimo la audiencia local. En total, se espera que en las dos semanas se registre un total de seis mil millones de espectadores.

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