Ruta de las iglesias, una nueva forma de recorrer la isla de Chiloé
La iniciativa partió este año, y para la temporada de verano que se aproxima nuevamente se ha puesto en marcha. Propone cinco ejes para recorrer algunas de las iglesias patrimoniales más significativas de Chiloé y, de paso, disfrutar de los mágicos atractivos que ofrecen los poblados de la isla.<br>

En Chiloe hay 16 iglesias que son Patrimonio de la Humanidad. Y como el curanto, las mingas o las leyendas, son parte indisoluble del particular encanto que tiene la isla, ese que la ha convertido en un lugar único en Chile. A pesar de su importancia para Chiloé, hasta hace no mucho, visitarlas era más difícil de lo que podía imaginarse: la falta de información hacía que, en ocasiones, los turistas llegaran a iglesias que se encontraban cerradas, teniendo que conformarse sólo con una foto de la fachada o, peor aún, pasaran por sitios sin ni siquiera saber de la existencia de algunos templos. Pero, desde este año, una iniciativa busca fomentar el desarrollo turístico de la isla en torno a las iglesias. Se trata de la Ruta de las Iglesias de Chiloé, proyecto del Obispado de Ancud, organismos de gobierno y apoyo del BID, que ha "ordenado" la visita a las iglesias a través de un circuito, con toda la información de cada una.
Este verano nuevamente la ruta se ha puesto en marcha. Está compuesta por cinco ejes geográficos. El norte (Colo-Tenaún -San Juan), la isla de Quinchao, eje costero central (Dalcahue-Rilán-Castro), costero sur (Nercón-Vilipulli-Conchi) e isla Lemuy, tramos que se hacen relativamente sencillos de recorrer, ya que entre entre una iglesia y otra no hay más de 10 km de distancia, y puede completarse en un lapso de tiempo que va desde varios días a sólo media jornada.
PASOS A LA RUTA
El trayecto comienza en Ancud, específicamente, en la ex capilla Inmaculada Concepción. Aquí existe atención gratuita para los visitantes, y se obtiene una acreditación y una guía impresa con todas las instrucciones del recorrido, que cubre 10 iglesias pertenecientes a la Escuela Chilota de Arquitectura en Madera, incluyendo cinco de las 16 nombradas Patrimonio de la Humanidad (aunque se puede acceder a algunas más). Se recibe, además, una credencial que permite una atención preferencial en las iglesias más relevantes de la ruta y una charla general a cargo de guías acerca de la historia de las iglesias, entregando datos de interés y desmitificando algunas creencias populares.
Desde allí se inicia camino por la Ruta 5 hasta llegar a Quemchi (68 km), primera parada, que bien puede servir para ser el punto de partida real de la ruta. Podrá adquirir souvenirs típicos del poblado, como sus barcos en miniatura y tejidos de su fábrica municipal. También posee restaurantes caseros. Una buena opción es Barlovento's, donde destacan su chupe de centolla y ceviches (Yungay 08, T: 65-691239).
La ruta continúa en dirección sur hasta llegar a Colo, localidad donde se encuentra la primera de las iglesias Patrimonio de la Humanidad: San Antonio de Colo. Está algo aislada, y por eso su acceso es un poco más difícil que el resto. Pero el esfuerzo vale la pena, sobre todo por las verdes praderas de su entorno único, debido a que es uno de los pocos templos que no está conectado con el mar, sino en el lomaje de un cerro.
El trayecto sigue hacia el sur, hasta el poblado de Tenaún (11 km), donde se mantienen intactas las costumbres más puras de Chiloé. Entre sus atractivos aledaños están las cascadas de Tocoihue, la vista a las islas Chauques, su faro y, por supuesto, su iglesia, que también forma parte de las nombradas patrimonio universal. Su curiosidad es que posee tres torres (la más alta de 25 m), toda una excepción dentro de la Escuela Chilota.
Luego, el camino continúa en dirección oeste. Hay que desviarse levemente de la ruta (5 km) que lleva hacia Castro para llegar a San Juan, cuya iglesia es una de las que más fielmente han mantenido su estructura original (data de principios del siglo XIX) y cuya única modificación es que se le ha agregado luz eléctrica. Pero el encanto arquitectónico del pueblo va más allá de su iglesia, y las fachadas de sus casas, todas mirando al mar, también son un espectáculo encantador. San Juan está dedicado 100% a la vida de mar, y su gente es reconocida por ser excelentes constructores de embarcaciones.
Posteriormente, hay que continuar hasta Dalcahue (30 km), capital de la provincia del mismo nombre, donde no puede dejar de visitar su mercado y la feria artesanal de los domingos, en la que exponen su artesanía típica los chilotes de las islas aledañas. Se pueden conocer, además, su astillero, pasear por su encantadora costanera y visitar su museo etnográfico, dedicado a los chonos y huilliches, que habitaron esta zona. Su iglesia, ubicada frente a la plaza, es de estilo neoclásico y una de las primeras en ser reconocida como patrimonio, en 1971. Tiene una estructura de ciprés y coigüe, destacando su imagen del Cristo crucificado, cuyas extremidades superiores son articuladas, de lo que se infiere que fue diseñado para ser desclavado en Semana Santa. Aquí se puede optar por seguir hacia la isla Quinchao, para ver las iglesias patrimoniales de Achao y la propia Quinchao o continuar hacia Castro (20 km). La primera alternativa requiere de paso por transbordador entre Dalcahue y La Pasada (750 m), para luego retornar a la Isla Grande, y continuar hacia Castro. Es una alternativa que bien vale la pena, ya que la iglesia de Achao es considerada como la más valiosa de todo el sur de Chile, por su antigüedad (siglo XVIII) y calidad de trabajo en las maderas.
Durante el avance hacia la capital de la provicia y urbe más grande de Chiloé, se pueden conocer otras iglesias pertenecientes a la Escuela Chilota, como la de Astillero y Llaullao. Ya en la cuidad, se presenta otra considerada patrimonio: la iglesia de San Francisco de Castro. Tiene grandes dimensiones y fue diseñada según los planos del arquitecto italiano Eduardo Provasoli. Por esta razón, sus características se escapan a las otras iglesias tradicionales. De igual manera sorprende gracias a su interior recubierto de madera rojiza, en la que se utiliza ciprés, alerce, coigüe, raulí y colorillo.
Castro, al ser la urbe más grande, es la que presenta también mayor cantidad de opciones en alojamiento y restaurantes. Algunas recomendaciones para una buena comida son Ristretto Café (Esmeralda 266, T: 65-637900), que se aleja de la tónica tradicional ofreciendo una carta más gourmet o, si prefiere seguir con la comida típica pero mezclándola con alta gastronomía, el restaurante Encuentro Nativo (Esmeralda 111, T: 65-532883) es una gran opción.
Aunque Castro es un buen punto final de la ruta, se puede continuar el periplo en busca de otras iglesias patrimoniales cercanas, como las que se encuentran en las localidades de Nercón, cuya torre, fachada y naves han sido dañadas por los embates del tiempo, y Rilán que, por el contrario, es una de las que se han mantenido mejor conservadas.
Guía
COMER
Encuentro Nativo. Tiene una carta de platos gourmet hechos con ingredientes típicos de Chiloé. Castro. Esmeralda 111, T: 65-532883. www.encuentronativo.cl
LA RUTA
Las cinco propuestas, mapas, información y datos se pueden encontrar en la página www.rutadelasiglesias.cl
Más información: Teléfono, 65-621046.
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