"¡Vada a bordo, Cazzo!"

Señor director:
No hay dudas sobre la orden que dio Gregorio de Falco al capitán del accidentado buque Costa Concordia, Francesco Schettino, para que "vuelva a bordo", calando profundamente en la sociedad italiana y representa un llamado al cumplimiento con el trabajo bien hecho; un grito de alerta para retomar la responsabilidad, el civismo y la solidaridad.
Para nadie es un secreto que la economía italiana está en problemas. El endeudamiento supera con creces su producto. El empleado italiano, en promedio, trabaja casi un mes menos al año que el canadiense o el japonés. Quizás lo más grave es que el gasto público equivale al 50% de su producto, con un nivel de corrupción que se dispara entre los más altos del mundo.
Los nefastos indicadores económicos de Italia tienen directa relación con las virtudes cívicas de sus ciudadanos. El llamado de De Falco no es sólo al capitán del crucero, sino que a todos los italianos en una economía y un país deprimidos.
La economía chilena es una de las más saludables del mundo y nuestros valores cívicos están relativamente bien cuidados.
Sin embargo, las manifestaciones violentas y faltas de respeto a las instituciones que vimos durante 2011 atentan contra la responsabilidad, el civismo y la solidaridad: pilares fundamentales del camino al desarrollo que anhelamos para Chile.
Juan Ignacio Eyzaguirre M.
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