Columna de Javiera Arce-Riffo: El difícil camino del gobierno

07/05/2023 PRESIDENTE GABRIEL BORIC FOTO: MARIO TELLEZ / LA TERCERA



Las elecciones del 7M han sido decidoras. El campo hegemónico de las ideas progresistas ha perdido y junto con ello se cristalizó el bajo apoyo hacia el gobierno actual. No cabe duda de que existe un agotamiento por parte de la ciudadanía al observar déficits de implementación en política pública, y que el cambio que se prometió está muy lejos de cumplirse; por el contrario, en labores básicas de la gestión gubernamental, como resolver la tragedia educacional en Chile, no muestra más que una gestión defectuosa, lenta y sin mejoras a la vista.

El Frente Amplio, al igual que Republicanos y el Partido de la Gente, se han levantado como alternativas novedosas a los desgastes del establishment, tal como lo plantea Steven Levitsky, en que los electorados latinoamericanos, cansados de votar siempre por los mismos y no observar mejoras frente a las enormes desigualdades y a la debilidad de las instituciones, comienzan a buscar nuevas alternativas que el sistema de partidos provee.

En este escenario, al gobierno actual no le queda más que mirar un horizonte concreto de gobernabilidad, el que -además- será atravesado por un ánimo obstruccionista exacerbado por el triunfo de la ultraderecha el pasado fin de semana. Martín Arrau, jefe de campaña de Republicanos, ya planteó que no suscribirán acuerdos que no sean convenientes para ellos; y todo apunta a que un sector importante de la UDI se sumará a esta postura, reduciendo al mínimo las posibilidades de generar pactos de gobernabilidad con Chile Vamos. La gran interrogante es qué harán RN y Evópoli, si al parecer pactar con la centroizquierda no ha sido un buen negocio.

El gobierno podría concentrar sus esfuerzos en la administración, más que en anunciar reformas o programas “transformadores”. La eficiencia del Estado es fundamental para la democracia, y es el antídoto perfecto contra discursos neoliberales que hablan de que el tamaño del Estado es enorme e ineficiente y que es necesario reducirlo. La respuesta a esto se consigue entregando un buen servicio a la ciudadanía; que se note la presencia del Estado en mejoras concretas para sus vidas, en materias como salud, educación, vivienda, seguridad pública, institucionalidad política, descentralización. Y, para ello, el gobierno debe velar por que estén las mejores personas a cargo; la responsabilidad pública de servir en el gobierno tiene consecuencias sustantivas para las percepciones ciudadanas sobre la democracia y el funcionamiento de gobierno.

En el escenario actual, el gobierno debe esmerarse y trabajar con fuerza para que el Estado funcione, ampliando su base de apoyo a otras personas de otros partidos, antes subestimados, que tengan la experiencia necesaria para hacerse cargo del déficit de política pública. La democracia chilena como nunca está en peligro.

Por Javiera Arce-Riffo, académica UCN-Red de Politólogas

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