Contaminación en Chile: lejos de los estándares internacionales


Por Evangelina Dardati y Javiera Gazmuri, investigadoras del Centro de Estudios Públicos

La Organización Mundial de la Salud (OMS) modificó recientemente los niveles recomendados de calidad del aire fijados en 2005 debido a la incorporación de nueva evidencia sobre sus efectos adversos. Se estima que cada año la exposición a la contaminación atmosférica causa 7 millones de muertes prematuras y provoca la pérdida de otros millones de años de vida saludable. El material particulado fino (MP 2,5) es uno de los contaminantes que genera más riesgos sobre la salud. Éste consiste en partículas pequeñas que, al ser inhaladas, penetran en los pulmones y en la sangre causando graves problemas respiratorios y cardiovasculares. En sus nuevas directrices, la OMS bajó su recomendación a una concentración media anual de 5 mg/m3 y una concentración diaria de 15 mg/m3.

Chile es el tercer país miembro de la OCDE con mayor concentración promedio anual de MP 2,5 en 2018. Adicionalmente, el World Air Quality Report estableció que de las 10 ciudades más contaminadas de Sudamérica, nueve están en Chile. Esta situación se refleja en el número de muertes: en 2018 solo por la exposición al MP 2,5 se registraron en nuestro país 5.500 muertes –aproximadamente un tercio de las muertes por Covid del 2020–, de acuerdo a datos de la OCDE. Las principales fuentes emisoras de MP 2,5 son la leña y el transporte. Por ello, la concentración de MP 2,5 varía en términos geográficos: las regiones del centro-sur de Chile tienen mayores concentraciones promedios anuales y niveles diarios que muchas veces superan los 200 mg/m3.

La norma primaria de calidad del aire para MP 2,5 en Chile establece una media anual de 20 mg/m3 (cuatro veces mayor a la recomendación de la OMS) y de concentración diaria de 50 mg/m3 (más de tres veces mayor a la recomendada por la OMS). Varias zonas del país se encuentran calificadas de “saturadas” debido a que la calidad del aire supera esta norma. En los últimos años se implementaron planes de descontaminación en estas zonas. Sin embargo, el límite sigue fuertemente sobrepasado. Por ejemplo, si tomamos la Región Metropolitana, en 2019 se excedió la norma nacional de la concentración en diaria en un 88%. Esto, a su vez, implica una contaminación cuatro veces mayor al nivel recomendado por la OMS. Este panorama es aún peor en las zonas del sur del país, en donde la concentración diaria alcanza a ser 200% superior a la norma nacional.

Estos números muestran la situación crítica en términos de calidad del aire, en especial de MP 2,5 en que se encuentra Chile. Si bien hubo leves mejoras en los últimos años, los niveles siguen estando muy por encima de lo considerado saludable a nivel internacional. Existe una necesidad urgente de revisar y evaluar las medidas tomadas, muchas de ellas insuficientes e incorrectamente diseñadas, y así profundizar en cambios que puedan tener un mayor impacto en calidad del aire y, por ende, en el bienestar de la población.

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