Educación ambiental en confinamiento

medio-ambiente-ministerio

Por Margarita Ducci, Directora ejecutiva Pacto Global Chile, ONU

La pandemia nos ha dejado frente al espejo de nuestras vulnerabilidades, miedos y debilidades, y nos ha mostrado cómo el mundo que nos rodea puede reaccionar a nuestra falta de prevención y mirada de futuro. Hoy más que nunca, la nueva realidad nos llama a repensar lo que hemos construido, y el mundo de la educación, y en particular, el de la educación ambiental, se transforma en un objetivo esencial para ayudar a evitar que se desaten nuevas crisis y el drama que ello conlleva. En medio de este escenario es fundamental abordar el cuidado del medioambiente con la responsabilidad y urgencia que el planeta requiere. La pandemia, el calentamiento global y todos los efectos del cambio climático, nos obligan a reforzar los esfuerzos para revertir nuestros hábitos que causan daño a los ecosistemas.

En un reciente estudio de Sustenta+ y la UDD, donde participaron 243 compañías de 10 sectores industriales diferentes, pertenecientes a cuatro países del continente: Chile, Perú, Ecuador y Colombia, -sobre la evolución de la sostenibilidad en tiempos de pandemia-, las empresas afianzan su convencimiento en que hay que seguir en ese camino en forma decidida, incluso aportando más recursos, y especialmente, fortalecer la ética en los negocios. Sin embargo, priorizan en último lugar, su rol en la protección de los ecosistemas marinos y terrestres y el cuidado de la biodiversidad.

Pareciera que los ODS14, de los Océanos y el ODS15, del cuidado de la vida terrestre, tuvieran una suerte de “garantía”, y que están ahí estáticos para siempre, mientras vemos la constante “plastificación” de los mares y la extinción de variadas especies en el mundo. Urge generar entre todos, un cambio cultural donde la protección y cuidado del medioambiente sea relevante, inculcándolo desde la primera infancia, niños y jóvenes. Sabemos que, sensibilizando, educando y promoviendo incluso con pequeñas acciones y cambios conductuales, podemos generar esta conciencia y compromiso con la tierra que habitamos, desde las aulas, y hoy desde la educación en línea. Debemos promover una comunidad educativa más comprometida con los temas ambientales, y sabemos que los niños son los mejores motores del cambio.

Es importante sumar logros como la participación de proyectos de educación ambiental en escuelas públicas y privadas donde se pueda reflexionar respecto a la importancia de conocer y valorar nuestro entorno natural, nuestro ecosistema y biodiversidad. Parques y reservas forestales son un lugar privilegiado para estar en contacto con la naturaleza y conocerla. Si bien en tiempos de pandemia es difícil recorrer el país, y acceder a ellos, los espacios abiertos que facilitan los parques y reservas son el mejor elemento que podemos encontrar y que se pone a disposición, con los aforos establecidos. A falta de poder visitarlos presencialmente, y apreciar los fenómenos de la naturaleza, en terreno, también hay un rol en la educación remota, pues el material audiovisual cobra especial importancia también como un instrumento para visibilizarlos.

En este desafío, las empresas están sumando a sus propósitos que la educación ambiental es un gran instrumento de gestión para la formación de una ciudadanía crítica y comprometida con el sueño de un país sostenible. Que la pandemia no sea un obstáculo para la instalación de un trabajo en sinergia, para la formación de una conciencia ambiental del cuidado del medioambiente como proceso continuo en el tiempo, enfocado a formar valores con el fin de cuidar y proteger el entorno natural para el uso sustentable de nuestros recursos naturales. Chile, frente a la crisis sanitaria, económica y social, tiene entonces el enorme desafío de velar por la educación ambiental en un escenario adverso, y el Covid-19 nos está poniendo a prueba.

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.