Opinión

El regreso de Jorge González: la porfía del creador

El regreso musical del ex Prisionero no solo es inspirador por sobreponerse a las dificultades y un destino que parecía sellado. Hemos visto varias versiones de Jorge González, y esta sugiere un renacimiento impensado y bajo una forma coherente. En una era en que se facturan canciones con prompt, aquí hay un creador que persiste en el retrato de su interior.

El regreso de Jorge González: la porfía del creador

Para el gran público, esa masa de pueblo chileno y también latinoamericano de la costa andina, Jorge González es y será sinónimo de algunas de las mejores letras jamás escritas en el rock latino, insertas en música bailable sometida a constante evolución. El Jorge González que compone y graba La Voz de los 80 (1984) no es el mismo devoto de las máquinas de Pateando piedras (1986), herramientas centrales en su trabajo como músico popular. La vibra en espiral descendente de El futuro se fue (1994) está divorciada del debut solista tornasolado de 1993. Mi destino (1999) brilla y se descarrila más cerca del demo que del disco definitivo, como Libro (2013) resumía otra crónica de una existencia artística intensa de vieja escuela.

Hace una década la vida de Jorge González cambió dramáticamente por un accidente cerebrovascular; la trayectoria parecía conminada a una curatoría de su obra, un excampeón sumergido en recuerdos. Algunas entrevistas por aquí y allá con las secuelas a la vista, aunque las respuestas progresivamente más amplias y elaboradas. De pronto, este jueves, ocho canciones en Bandcamp, una plataforma digital que a estas alturas resulta vintage, y siempre noble en cuanto a su naturaleza genuinamente indie y al alcance de todos.

FOTOS: PATRICIO FUENTES Y./ LA TERCERA PATRICIO FUENTES Y.

Lo primero que resalta en el material es la honestidad, la fidelidad del retrato de un convaleciente en un largo proceso de recuperación, inclaudicable ante su naturaleza y oficio, y que aún en esas condiciones propone piezas que se validan por sí mismas, más allá del contexto.

El sexo ha sido tema en Jorge González desde la canción homónima, pasando por las letras explícitas de Corazones, hasta llegar a un título como Ya no tengo sueños sexuales, con resonancias a la conmovedora banda sonora de Vangelis para Blade Runner (1982). En medio de la solemnidad y belleza cósmica del corte, el músico inserta la mordacidad de siempre. ”Ya no tengo sueños sexuales, tengo sueños románticos”, repite con tono robótico, para luego preguntarse: “¿me hace eso un gil?”.

Ligetio arranca con crispación maquinal, creando una atmósfera siniestra.Esperando por el advenimiento del Gran Ordenador”, dice una voz que se desplaza misteriosamente por canales. ”¿Será el final de todo? ¿será el comienzo?”, repite, como si fuera un radioteatro de corte lynchiano.

Jorge González

Si vas a pensar en mí es una balada sintetizada triste donde González vuelve sobre el amor sufriente con una línea melódica mínima, capas de sonidos y violín, todo orquestado con melancolía. La monumentalidad de Kraftwerk y el futuro de hace medio siglo iluminan Hoy hay sol. El gato se sube al piano, junto a Colombina Parra, resulta vívida y abstracta en una combinación de bajo sintetizado y golpes de teclado, que recrean las breves aventuras de un felino paseando random.

La perspectiva de banda sonora se repite en El patio es mi selva, también en sociedad con Colombina Parra, creando tensión entre momentos orquestales y un piano en cruces aleatorios, en una trama perfecta para un filme en blanco y negro.

La alianza sigue en la extensa Mascullando por lo bajo, por sobre los 13 minutos, una exploración entre teclado y bajo creando penumbras. Finalmente, Secuestrado cierra este costado más experimental con Colombina Parra, de evidente retroalimentación.

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El regreso musical no solo es inspirador por sobreponerse a las dificultades y un destino que parecía sellado. Hemos visto varias versiones de Jorge González, y esta sugiere un renacimiento impensado y bajo una forma coherente. En una era en que se facturan canciones con prompt, aquí hay un creador que persiste en el retrato de su interior.

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