SEÑOR DIRECTOR:
El lunes, una columna de Pilar Hazbun, coordinadora de Asuntos Jurídicos y Legislativos de Libertad y Desarrollo, denunciaba que los proyectos de ley de mejora de los tiempos en la tramitación ambiental no apuntan al verdadero problema. La causa de las demoras, según la autora, sería la gran cantidad de observaciones que hacen los distintos organismos del Estado a la información entregada por los titulares de las iniciativas.
El martes, el azar nos permitió esclarecer esta posición. Por error o sin él, un comentario que sugería ocultar información en el anexo de una declaración de impacto ambiental pasó inadvertido y terminó siendo enviado a quien no parecía ser el destinatario final, el Servicio de Evaluación Ambiental.
Un resultado indeseado del diseño institucional: es únicamente el titular del proyecto quien levanta y entrega la información. El incentivo de manipular los resultados es innegable y tiene como único contrapeso el número de consultas y aclaraciones que sea necesario.
La verdadera solución a las demoras debe pasar por mejores y más confiables estudios y declaraciones de impacto, solo así podrá lograrse el objetivo de la evaluación en menor plazo.
Antonia Berríos Bloomfield
Coordinadora general
ONG Fima
Comenta
Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.