Intentos del PC por desconocer regla de dos tercios

Partido comunista

La ofensiva del partido para desconocer los términos del amplio acuerdo que posibilitó el proceso constituyente se aparta por completo de los más elementales estándares democráticos.



El Partido Comunista (PC) ha vuelto a reflotar por estos días la noción de que el quorum de dos tercios establecido en la futura Convención Constitucional supone una exigencia ilegítima que debe ser derribada. El planteamiento provino esta vez de Marcos Barraza, ex ministro de Desarrollo Social en el segundo gobierno de Michelle Bachelet, y candidato a la Convención por el distrito 13. En entrevista con este medio, Barraza señaló que “los 2/3 han sido un factor de veto indebido, un factor de veto ilegítimo por parte de la derecha y los neoliberales de manera sostenida desde el año ’90 en adelante. Esto ha impedido legislaciones de alta valoración y exigencia popular. Fue una concesión gratuita hacia la derecha por quienes firmaron el acuerdo el 15 de noviembre y lo que corresponde entonces es tratar de modificar ese quorum”.

El planteamiento de Barraza se enmarca en la misma línea que ya había delineado el presidente del PC, quien planteó que “el gran desafío del mundo progresista es desarmar la muralla de los dos tercios, ya que por más de 30 años, dicho quorum ha impedido la aprobación de leyes que mejoren la calidad de vida de los chilenos”. Esta ofensiva no se ha quedado solo en declaraciones, pues la diputada comunista Camila Vallejo presentó el año pasado un proyecto de reforma constitucional a fin de que tanto el reglamento de votación así como las normas que dicte la Convención se aprueben por un quorum mucho menor, y no por los dos tercios, tal como se acordó en el acuerdo político de noviembre y refrendado por amplia mayoría en la consecuente reforma constitucional.

Si bien el Partido Comunista optó por no participar en los acuerdos de noviembre de 2019 -restándose en el momento quizás más complejo que ha vivido nuestra democracia desde comienzos de los 90-, un mínimo de sentido democrático debería llevar a respetar las normas que se han forjado luego de un amplio acuerdo político. Existe amplia coincidencia en que si el país ha optado por embarcarse en dictar una nueva Constitución, su texto debe ser el fruto de amplios entendimientos, a fin de procurar que interprete a las grandes mayorías y perviva en el tiempo. Dicho objetivo se asegura mucho mejor con un quorum de dos tercios, obligando a que todas las partes deban negociar. Lejos de ser un subsidio para un determinado sector político, esta regla asegura más estabilidad y garantías a todas las partes. Y siendo la regla acordada por mayoría en el Congreso, todo lo que se dicte u obre en virtud de ella goza de plena legitimidad y debe ser respetado por todos los sectores.

Pero las señales que una y otra vez ha dado el PC es que no pretende respetar este elemental principio. Su propia dirigencia no descartó hacer un llamado para “rodear la Convención”, algo que si bien el partido ha intentado presentar como una “metáfora”, en realidad encierra una evidente amenaza para el proceso constituyente. Ya sea por la vía de desconocer abiertamente el quorum de dos tercios y autoasignarle a la Convención potestades que no posee -al mejor estilo chavista-, o por medio de presiones a los futuros constituyentes movilizando a “la calle”, la estrategia desplegada por el Partido Comunista se aparta por completo de los estándares democráticos, algo que debería ser tomado en cuenta al momento de establecer alianzas de cara a los futuros procesos electorales.

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