Opinión

La rima en fuga (y el deseo de algunos de atraparla)

100-Rimas-2-ok.jpg

En 1900, el 80% de la poesía en lengua inglesa contenía rima. Hoy, solo cerca del 25% la tiene. El número de rimas cayó también: a comienzos del siglo XX más del 60% de los versos rimaban y hoy, menos del 5%. Los datos son de un estudio publicado recientemente por The Economist, que analizó 11.000 poemas en inglés.

El semanario destaca puntos interesantes. En primer lugar, los propios poetas raramente definen la poesía en función de si esta rima o no: ya en 1933 el poeta A.E. Housman dio una conferencia de 51 páginas titulada “El nombre y la naturaleza de la poesía” y usó el término rima solo una vez… en la frase “mala rima”. Además, los más prestigiosos certámenes de poesía confirman esta realidad. Los finalistas del Premio Griffin de Poesía de este año -que se entregó en junio y que aportó US $94.000 a la ganadora- presentaron poemas con títulos como “Planta de manejo de desechos sin regulación”. Entre los ganadores del premio T.S. Eliot, en tanto, hay poemas con títulos como “el cuerpo como cementerio”. En ellos no abundan las mayúsculas al inicio de las oraciones ni menos las rimas.

Tradicionalmente, esto no ha sido así. La poesía solía tener rima y ritmo, términos que derivan del griego antiguo. La rima más antigua de la que se tiene registro es de China en el siglo X a.C.

¿Qué ha pasado? ¿Cómo llegamos a la situación actual?

De acuerdo a The Economist, el poeta inglés John Milton le asestó un golpe temprano a la rima con su influyente decisión de prescindir de ella en su poema épico “El paraíso perdido”. Pero fueron los modernistas, de finales del siglo XIX, quienes le dieron muerte.

¿Será por una mayor búsqueda de la libertad expresiva? ¿Por romper con la tradición? ¿Por el deseo de no tener “limitaciones”, como regularidades? ¿O, simplemente, así es como resulta expresarse líricamente hoy?

El artículo de The Economist tuvo una reacción fascinante de sus lectores. Varios contestaron en rima, algunos muy molestos con el tema: ¿acaso la obra de Lou Reed y Elvis Presley no cuenta como poesía contemporánea?

Miremos la lengua española. De acuerdo a la RAE, una de las acepciones de poesía es “composición en verso”. Verso, en tanto, se define como “palabra o conjunto de palabras sujetas a medida y cadencia, o solo cadencia”. Y si consultamos por cadencia, encontramos que es “ritmo o repetición de determinados fenómenos, como sonidos o movimientos, que se suceden con cierta regularidad”. Aquí, ciertamente, entra la rima. O eso se podría esperar.

Si bien no contamos con un estudio reciente equivalente al del semanario británico para la lengua española (que dé cuenta de la disminución de la rima), hay trabajos que abordan de una u otra manera el tema. Uno de ellos es “La rima en el verso español: tendencias actuales”, realizado en 2004 por el académico de la Universidad de Sevilla, Juan Frau. La investigación analiza 1.515 piezas de poesía española publicadas entre 1975 y 2001 y concluye que la aparición de rima consonante/ asonante se reduce notablemente, y que aumentan las formas de verso libre sin rima, lo que confirma la tendencia hacia una lírica menos rimada.

Otro trabajo, realizado en 2019 por Carlos Manresa González de la Universidad de Monreal y titulado “Rimas en libertad: apuntes para un estudio de la rima libre o mezclada en la poesía cubana contemporánea”, demuestra la existencia de un mínimo corpus de autores que utilizan la combinación de rima asonante y consonante de manera sistemática e intencional como recurso estilístico. Del estudio se desprende que la rima tradicional estaría en retirada.

Sin afán científico, hago el ejercicio de mirar antologías de poetas chilenos recientemente galardonados en búsqueda de rima consonante o perfecta, es decir, aquella en la que coinciden todos los sonidos (vocales y consonantes) a partir de la última vocal acentuada de dos o más versos. Al azar, elijo “Misión Circular” de Rosabetty Muñoz, Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda 2024 y “Poemas y Pomadas” de Hernán Rivera Letelier, Premio Nacional de Literatura en 2022. No la encuentro.

En su reciente libro “Tócala de nuevo, Sam: repetición en las artes” Samuel Jay Keyser plantea que el cerebro está programado para detectar la rima. A esto se suma lo fácil que resulta identificarla en un texto.

Pienso en “Piececitos de niño”, en el “Poema 20” (Puedo escribir los versos más tristes esta noche…) y en “Es olvido”, que aportaron melodía a las infancias y adolescencias de tantos chilenos. Pienso en cómo les regalaron momentos de goce y de conexión con un algo difícil de aprehender. Pienso en la tremenda donación que significaron.

Y de pronto pienso en el rap, trap y reguetón, que hoy hacen bailar y cantar a voz en cuello a tantos jóvenes en los más diversos escenarios. En algunas de sus letras -tan explícitas- cuesta ver poesía. Pero ciertamente hay rima. ¿Será que los jóvenes encuentran ese “algo” en esta musicalidad? ¿Será que les permite expresarse verdaderamente? ¿Y será que por esta vía lograremos, en alguna medida, atrapar la rima?

Por María Cristina Silva M., Centro de Escritura, Facultad de Comunicaciones, Universidad del Desarrollo.

Más sobre:RimaCulturajóvenes

COMENTARIOS

Para comentar este artículo debes ser suscriptor.

Contenidos exclusivos y descuentos especiales

Digital + LT Beneficios$3.990/mes por 3 meses SUSCRÍBETE