Los desafíos del nuevo ministro de Energía

pardow domingo


Por Rodrigo Castillo, ex director ejecutivo de Empresas Eléctricas

Muy pocas veces un cambio de liderazgo aparece con tanta nitidez como hoy, como la respuesta adecuada frente a las dificultades de un sector que venía requiriendo, con urgencia, de un nuevo énfasis, punto de vista y prioridad.

Como ya es sabido, el sector energético en general, y el eléctrico en particular, están experimentando algunos de sus desafíos más complejos desde hace décadas. Probablemente desde la crisis del gas del año 2004, Chile no enfrentaba la necesidad de definiciones de la envergadura que requiere la denominada transición energética.

Es a veces complejo explicar, en pocas líneas, que cuando un país toma la definición política y estratégica de avanzar desde un modelo de generación – transporte de energía basado en las energías fósiles y redes unidireccionales, hacia un objetivo de descarbonización y mayor distribución en la producción de energía eléctrica, no solo se requiere voluntad y compromiso, sino la implementación de una serie de condiciones habilitantes que hagan posible este tránsito y que, a la vez, lo hagan con los menores costos posibles para salvaguardar tres principios esenciales: el despacho económico, la promoción de la competencia y la seguridad de suministro.

Estos tres elementos no son fáciles de conciliar en el corto plazo, pues justamente al incorporar al sistema más energía variable (especialmente nuestra abundante energía solar y eólica), las únicas respuestas para mantener el equilibrio del sistema, es decir, la delicada armonía entre oferta y demanda en cada instante del día, de manera segura, eficiente y renovable, es por medio de la promoción de la energía renovable de base, el desarrollo del almacenamiento y el despliegue a tiempo de nuevos recursos de transmisión.

Cuando esto no ocurre, el sistema se ve obligado a tomar diversas definiciones “subóptimas” que implican sacrificar precios en pos de seguridad o incluso verter energías renovables en favor de otras producidas quemando combustibles fósiles, generándose desacoples, distorsiones, incertidumbre y una consiguiente afectación de las condiciones competitivas del mercado.

¿Cuál es entonces el tipo de enfoque que se requiere en Energía hoy? Justamente aquel que está en línea con la experiencia y foco del nuevo ministro de Energía, es decir, su profundo conocimiento acerca de los mecanismos de la regulación para generar las condiciones de borde que permitan a los órganos reguladores y coordinadores del sistema, navegar por aguas que seguirán siendo turbulentas. Con una mano llevando el timón de la gobernanza y check and balances de la regulación para mantener siempre el rumbo en la dirección de la transparencia en la toma de decisiones difíciles. Y con la otra, las cuerdas de las velas, generando de manera activa los incentivos adecuados para alcanzar la velocidad correcta que permita llegar a tiempo al puerto esperado, que es, en el caso de Chile, el de un sector energético eléctrico descarbonizado, distribuido y moderno, en que los clientes son tanto consumidores como productores y en el que nuestro país logre consolidar su liderazgo mundial en las nuevas tecnologías de almacenamiento y producción de energías renovables.

Si pudiera en definitiva resumir el desafío que le espera al nuevo ministro del ramo, lo haría con palabras que aprendí a apreciar leyendo sus trabajos profesionales y académicos: son las instituciones. Si ellas funcionan correctamente, dando las señales adecuadas y transparentando sus definiciones, técnicas y de política, para que puedan ser discutidas, los mercados sujetos a su regulación seguirán el mismo camino.