Opinión

Nuevo ciclo del multilateralismo

Durante los últimos años se ha vuelto habitual escuchar que el multilateralismo está en crisis, y existen fundamentos reales para ese diagnóstico. Por ello, resulta interesante observar la dinámica de las recientes cumbres del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) en Corea del Sur y de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) en Malasia. Ambas sugieren una realidad incipiente, pero distinta.

El multilateralismo parece estar mutando, y en esa transformación puede haber una oportunidad importante para Chile. El encuentro de los líderes del Asia-Pacífico dejó claro que los foros multilaterales están dejando de ser espacios meramente declarativos para convertirse en plataformas de acción y coordinación práctica. En ambos foros, los debates ocurren en un formato donde conviven gobiernos, empresas y expertos. Esa interacción público-privada es lo que mantiene la relevancia de instancias como estas. En un mundo cada vez más fragmentado, ofrecen espacios de diálogo entre economías que, aunque compiten, siguen entendiendo que la cooperación económica es una condición necesaria para el crecimiento y la prosperidad.

Para Chile, este es un recordatorio de que participar activamente en foros y acuerdos de este tipo no es un mero gesto diplomático, sino una estrategia orientada a fortalecer la resiliencia de nuestra política exterior. También existe un componente geopolítico que merece atención. Por primera vez en mucho tiempo, América Latina comienza a aparecer en el radar de las grandes potencias como una región estratégica. La competencia global por minerales críticos, alimentos y energía, entre otros elementos, está impulsando a actores como Washington a mirar hacia la región con un interés renovado. Esto tuve la oportunidad de escucharlo directamente del secretario de Comercio de Estados Unidos, Howard Lutnick, ayer en Washington, durante la Cumbre del Consejo Empresarial de América Latina (CEAL), cuando señaló que es “nuestro interés favorecer a Latinoamérica”. En ese contexto, Chile tiene una oportunidad singular de posicionarse como un socio con capacidades especiales.

El multilateralismo que emerge hoy se mide por la capacidad de conectar agendas y generar resultados tangibles, más que por declaraciones de buenas intenciones. Ese enfoque constituye un complemento clave para la dirección en que Chile debe avanzar en su proyección internacional, mediante la colaboración, la innovación y la apertura. En un contexto global incierto, instancias como APEC y ASEAN vuelven a demostrar su valor, ya que ofrecen un terreno común cada vez más necesario para pensar el futuro.

El multilateralismo no está muerto. Está cambiando su forma de ser y está siendo presionado hacia una mayor eficacia. Para Chile, sigue siendo un espacio fundamental para mantener su rol como actor relevante en la economía global y asegurar su presencia en la mesa donde se escriben las nuevas reglas del comercio y el crecimiento económico. Son tiempos de pragmatismo, de resultados y de búsqueda de oportunidades en la adversidad.

Por Rodrigo Yáñez, secretario general de Sofofa

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