Opinión

Tecnología para orientar inversiones urbanas

El ajuste de dos mil millones de dólares anunciado recientemente por Hacienda y el cambio de la meta del déficit estructural de este año a 1,6% del PIB, dan cuenta de lo tremendamente exigidas que se encuentran las arcas fiscales. Dónde ahorrar, cómo maximizar cada peso, cuáles son los programas o proyectos imprescindibles, se transforman en preguntas aún más acuciantes en un marco de bajo crecimiento económico y de incertidumbre global.

Mientras este tema inunda el debate macroeconómico, en el mundo irrumpe la tecnología que promete cambiarlo todo, con el uso de IA, ciencia de datos o visualizadores digitales que simplifican en un dispositivo el abordaje a temas de por sí complejos. Esta irrupción tecnológica puede ayudarnos a cuidar los presupuestos en tiempos de escasez.

Las urgencias en seguridad, salud y educación debieran estar al final o fuera del listado de posibles recortes presupuestarios, pero ¿qué ocurre con las inversiones en materias de ciudad? ¿Podrían verse afectadas en siguientes nuevos ajustes, considerando además que los frutos de muchas obras urbanas tardan años en apreciarse, desacoplándose de los ciclos políticos?

Al analizar las distintas carteras regionales de inversiones y cruzarlas con la información de los territorios donde se planifican, hemos detectado que en un alto número de casos esos proyectos no se localizaban en zonas prioritarias de inversión, según criterios de densidad y vulnerabilidad. A esto se suma la alta multiplicidad de actores que inciden sobre una misma área -desde ministerios sectoriales o gobiernos locales, hasta empresas de servicios o inversionistas- sin que necesariamente conversen entre sí, miren de la misma forma el entorno, o compartan horizontes temporales sobre determinados barrios. La superposición de metas y decisiones genera atrasos y pérdida de recursos. El uso inteligente de herramientas tecnológicas puede contener esas fugas y contribuir a una mejor focalización.

Imaginemos, por ejemplo, que cualquier representante del mundo público o privado, desde un municipio rural hasta una gobernación metropolitana, un desarrollador inmobiliario o una cadena de farmacias, pudieran tener en su pantalla exactamente la misma información de cada una de las 345 comunas del país con la cartera de los proyectos públicos en ámbitos como movilidad, equipamiento, medioambiente y seguridad, más los indicadores específicos de ese territorio en particular, tales como densidad poblacional, tipos de unidades de vivienda, índices de caracterización territorial o de vulnerabilidad. Esto permite focalizar mejor las inversiones, sumar transparencia al gasto público, orientar a probables inversionistas e identificar brechas de desigualdad territorial en pocos segundos.

Decimos “permite” y no “permitiría” porque esta herramienta ya existe, y cualquier persona la puede consultar en inversionenciudades.cl. La tecnología a disposición de los proyectos de ciudad, para monitorearlos, detectar atrasos excesivos, y, en tiempos de altísima tensión presupuestaria, apoyar a los tomadores de decisiones con las herramientas que nos ofrece el siglo XXI.

Por Patricio Donoso, presidente de Corporación Ciudades, y Alfredo Echavarría, presidente de la CChC.

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